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Domingo de flores y peinetas

La lluvia dio una tregua para la celebración de la procesión del Corpus, que recuperó a las mujeres con mantilla, una tradición perdida hace sesenta años

Corpus Christi en San NIcolás de Bari

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-Vaya por Dios, este tiempo...

-Sí, hay una negrura...

-¿Y si llueve?

-Pobres críos, a ver si les aguanta.

Y aguantó. La lluvia que amagó con dejar sin procesión a los avilesinos el Domingo de Corpus dio una tregua en el mismo momento que en la iglesia de San Nicolás de Bari finalizaba la misa. "Dios, que es tan sabio, dejó las cosas en el tiempo. ¿Lloverá? Puede que sí, puede que no. Tenemos que intentarlo", señaló el párroco, Ceferino Díaz Martínez, ante la multitud que abarrotó el templo con motivo de la misa del domingo de Corpus, que también fue de flores y peinetas. La Cofradía de la Soledad recuperó la tradición entre sus integrantes de desfilar con mantilla y los hermanos mayores de todas las cofradías de la Semana Santa acompañaron a los niños portando su estandarte, signo de unidad.

Autoridades civiles y militares participaron en la celebración religiosa, que cooficiaron Díaz Martínez, el diácono Juan Blanco y el párroco emérito de San Nicolás de Bari, Ángel Garralda. Entre ellas, se encontraban el juez decano de Avilés, Ricardo Badás; el capitán de la Guardia Civil del acuartelamiento avilesino, Mariano Revuelta; Mario Suárez Menéndez, inspector de la Policía Local; el portavoz del PP, Carlos Rodríguez de la Torre; el presidente de la Asociación Económica de Amigos del País de Avilés y Comarca, Antonio Sabino; la cronista oficial, Josefa Sanz y representantes de numerosos organismos y colectivos.

En el Corpus Christi, la fiesta del Cuerpo y la Sangre de Cristo, se recuerda la institución de la Eucaristía que se llevó a cabo el Jueves Santo durante la Última Cena, al convertir Jesús el pan y el vino en su Cuerpo y en su Sangre. Y también la última oportunidad que tienen los niños y niñas de primera comunión de vestir sus pulcros trajes para la ocasión, donde siguen triunfando los vestidos blancos clásicos entre las niñas, y los trajes de marinero entre los niños.

Más de un centenar participó ayer en la celebración de la misa en San Nicolás de Bari y la posterior procesión por las calles de Avilés, que se desarrolló a buen ritmo dada la amenaza constante de lluvia y que contó con el acompañamiento de la Banda de Música de Avilés, que abrió su repertorio con el Himno de España en la campa de la iglesia, y de los integrantes de la Asociación Lepanto Veteranos de la Armada.

La novedad de la cita festiva la constituyó la participación en la procesión de una decena de cofrades de mujeres de la Cofradía de Nuestra Señora de los Dolores vestidas con su inconfundible indumentaria negra y la mantilla, una tradición que se había perdido hace ya seis décadas. "Ha sido emocionante poder recuperar esta costumbre y acompañar a los niños", apuntó Marisa Fernández, cofrade de La Dolorosa y una de las mujeres que ayer lució mantilla en la misa y procesión del Corpus Christi. El próximo domingo será el turno de los pequeños de la parroquia de Santo Tomás de Cantorbery.

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