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Retumés exige que sus fincas vuelvan a ser rústicas ante el fallido plan industrial

"Llevamos diez años atados de pies y manos", denuncian los vecinos de Valliniello afectados

Retumés exige que sus fincas vuelvan a ser rústicas ante el fallido plan industrialRICARDO SOLÍS

"Llevamos diez años atados de pies y manos, sin poder ampliar el negocio ni tocar nuestras casas. No podemos hacer nada", lamentan los vecinos de Valliniello afectados por el desarrollo del plan de Retumés, al que muchos ya dan "por muerto" por las dificultades técnicas y económicas para sacarlo adelante. Y por esa parálisis de una década, los residentes instan a que ese suelo, ahora calificado de urbano no edificable para uso industrial, revierta a rústico en el Plan General de Ordenación Urbana, aprobado en 2006. Los afectados expusieron ayer su situación a Izquierda Unida, que se comprometió a preguntar al gobierno local en el Pleno sobre el futuro de ese área industrial. "Queremos saber qué proyecto de desarrollo tienen para Retumés ya que los vecinos necesitan una solución. Si no se va a hacer nada, como parece, hay que dar marcha atrás al Plan Urbano, aprobado hace diez años. Nosotros somos partidarios de que vuelvan a ser suelos rústicos", aseguró ayer Ángel Guido García, coordinador general de IU en Avilés.

El principal escollo para la urbanización de los 550.000 metros cuadrados en la parroquia de Valliniello, junto al concejo de Gozón, es la orografía. Los importantes desniveles del terreno hacen muy costosa la obra, eso sin contar con los problemas para ubicar los accesos. El Principado, el Ayuntamiento de Avilés y Sogepsa firmaron en 2008 un acuerdo para habilitar parcelas para el asentamiento de nuevas empresas e incluso habilitar espacio para un centro de transportes para camiones.

La falta de iniciativa en Retumés ha provocado que, por ejemplo, la familia de Ángel Villanueva, no haya podido ampliar su ganadería y mejorar su negocio. "Tenemos paralizado el proyecto para ampliar la nave desde hace diez años. Ese plan nunca salió del Ayuntamiento. Pero tampoco podemos irnos a otro lado con la actividad porque sino no te indemnizan", explicó ayer Francisco Villanueva, el hijo de Ángel.

El caso de la familia Villanueva no es único. Otros residentes de Valliniello ven cómo no pueden ampliar sus casas, hacer obras en el exterior de sus parcelas u otras reformas en su entorno. "Cuando se firmó el plan de Retumés, vinieron a hacer fotografías a las casas, las instalaciones incluso hasta los árboles. Si haces algo más y finalmente expropian, que no va a ser el caso, no te lo pagarían", aseguró Villanueva. Tampoco pueden vender sus casas, pero porque nadie se las quiere comprar ante la incertidumbre que pesa sobre la zona.

Indemnizaciones

Los vecinos tienen la teoría de que ni al Ayuntamiento de Avilés ni a la administración regional le interesa dar marcha atrás con el proyecto ya que entonces tendrían que indemnizar a los afectados. El Ayuntamiento de Avilés acordó recalificar esos suelos como industriales y revertirlos de nuevo a rústicos supondría una pérdida del valor hipotético de esos suelos de unos 10 euros por metro cuadrado. Si todos los propietarios reclamaran esta cantidad al sentirse perjudicados por el cambio podría suponer un desembolso para las arcas municipales de 5,5 millones de euros.

El cambio de tipología del terreno en el Plan Urbano supuso un agravio para los vecinos ya que tuvieron que pagar el recibo de la contribución por suelo urbano no urbanizable, mucho más alto que el de rústico -en algunos casos se llegó a multiplicar por diez el coste del IBI-. Eso cambió este año tras una sentencia del Tribunal Supremo que impide cobrar el IBI urbano en suelo que, pese a tener esta calificación, no se haya llegado a desarrollar.

La delicada situación de Sogepsa tampoco hace presagiar un futuro halagüeño para el plan de Retumés. Todo lo contrario. "Aquí no van a hacer nada. Sogepsa está casi en la quiebra y el polígono empresarial Principado de Asturias (PEPA) se está viendo que no crece más porque no recibe nuevas empresas. El boom del ladrillo nos dejó en la nada. Estamos malviviendo", concluyeron los vecinos afectados.

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