Fernando Blanco nació en Soria, pero sus inicios en el cómic son zaragozanos. Comenzó con los trazos en la mejor época de los fanzines. Y, un día, dio un salto mortal y se plantó en los Estados Unidos. Lo que hace ahora es dibujar historietas de Midnighter y Apollo, que son dos superhéroes al estilo de Batman y Robin, un poco más salvajes. Matrimonio gay con hija adoptiva y todo.
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El dibujante fue el segundo en tomar la palabra ayer en el auditorio de la Casa de Cultura de Avilés, la sede oficiosa de la edición vigésimo primera de las Jornadas del cómic. El crítico Germán Menéndez Flórez fue el encargado de someterle al escrutinio público, en el que le preguntó por los orígenes. Y ahí fue cuando explicó que un grupo de compañeros de estudios fundaron un fanzine, el primer paso para probar las inquietudes de todos ellos: Manuel García, Javier Pina... "Decidimos un día dar un paso más y nos plantamos en el Salón del cómic de Barcelona", señaló. Y fue allí donde conocieron la distribuidora Camaleón. De un fanzine local a una revista con difusión nacional.
Blanco le explicó a Menéndez que después vino lo de presentar los dibujos a un agente y, de ahí, a trabajar para más allá del Atlántico. Primero vinieron los encargos de entintar la obra de otros. "Y entonces fue cuando me encargaron participar en 'The Phantom'. Era una editorial pequeña, de Chicago, que tenía como tesoro los derechos de reproducción del fantasma", añadió.
También ha participado en "Fallen Angel" y últimamente ha retomado la vida y los milagros de Midnighter y Apollo, que son como la cara B de los héroes de Gotham. Lo más señalado es que son matrimonio, pero no sólo eso. También los superpoderes -Batman tiene habilidades-: dos corazones, por ejemplo.
Las Jornadas continúan esta tarde con Ana Oncina, David Aja o Pepe Larraz.