Una creadora con alas

Esther Cuesta saca de un bolso unos trozos de papel de seda recortados y tintados y, en un momento, los convierte ante su cara en una mariposa. La artista avilesina, que antaño había dedicado sus series de collages a los peces, y que después pasó por una etapa en la que eran los edificios y las ciudades las que dominaban su universo creativo, ahora ha vuelto a la naturaleza con mariposas. Eso sí, son unas figuras aladas donde la abstracción compite con lo figurativo. Esther Cuesta (Avilés, 1964) afirma que la plástica es su forma de comunicarse. "No me gusta hablar, me expreso haciendo pintura", y sus composiciones evocan siempre mundos a medio camino entre lo naïf, la imaginación y los recuerdos de infancia. Esta combinación es la que ha conquistado al jurado del Certamen Nacional de Arte de Luarca, que le otorgó el premio por "El baile de las luces y de las noches".

"Estoy muy contenta", reconoce la avilesina. Y no sólo por el galardón. Lleva meses "moviditos", ya que fue seleccionada para exponer en el espacio Tomás y Valiente de Fuenlabrada, donde presentó la exposición "Rayando la locura". Además, expuso en Lugo "La vuelta de la esquina", en Avilés (Octógono) "Todos mis silencios" y en Segovia "Lo que nunca te digo". Con "El baile de las luces y de las noches", que es una pieza de grandes dimensiones sobre módulos plásticos de PVC, Cuesta representa la oscuridad de los tiempos actuales pero también introduce el optimismo en su baile de luces.

El premio del Certamen Nacional de Arte de Luarca le permite ahora organizar junto al otro ganador, Iván Baizán, una exposición conjunta, que se presentará en verano. El premio "Ayuntamiento de Valdés", que es el que Cuesta consiguió, está dotado con 4.200 euros y diploma. El Consistorio valdesano se queda con la obra ganadora. Y tiene más proyectos en cartera. Esta avilesina, conocida también por su faceta de artesana de las carrozas del Bollo, participará en la feria JustMAD, y en febrero tiene previsto inaugurar en la galería Amaga.

Las mariposas se colaron en sus papeles mientras trabajaba en un taller de grabado en Salamanca, y de momento ahí siguen. "No programo lo que voy a hacer, es todo muy espontáneo. Nunca se sabe".