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Un Velázquez de madera

"Quiero tener un cuadro para cada uno de mis nietos y ahora sólo me queda por hacer uno", señala el tallador Antonio Martínez, tras finalizar "Las hilanderas"

Antonio Martínez Valdivieso, en su casa junto a la talla que representa el cuadro, recién concluida. RICARDO SOLÍS

Un año de trabajo le ha llevado a Antonio Martínez Valdivieso tallar en madera el cuadro "La fábula de Aracne", más conocido como "Las hilanderas", de Velázquez. Le hubiera gustado vivir de la talla, pero no pudo ser y este granadino de 83 años, que llegó a Corvera a buscarse la vida a los 22, disfruta ahora de esa labor como una afición. "Tengo con éste ya cuatro cuadros tallados. Quiero tener un cuadro para cada uno de mis nietos y ahora solo me queda por hacer uno más. Cuando yo falte, quiero que los sorteen y que cada uno tenga el suyo", explica el tallador.

A "El descubrimiento de América", del pintor Dióscoro Teófilo Puebla Tolín; el "Paraíso terrenal", basado en cuadros de Durero combinados con otros elementos; y "La fragua de Vulcano", de Velázquez, se suma ahora un nuevo cuadro del pintor sevillano, que ya luce orgulloso Martínez. "No ha habido una razón concreta para elegirlo. Es un cuadro muy oscuro y me dijeron que no se podía hacer, así que me puse a ello", señala el artista, que se siente corverano.

El cuadro tiene un tamaño de 85,5 centímetros de ancho por 71 de alto y está hecho en madera de castaño con una platina de nogal. "Cada madera es un mundo. Por ejemplo, el nogal me sirve para darle los contrastes oscuros con el claro del castaño", explica. Pero una de las sorpresas del cuadro para él fue el cedro del marco: "Nunca había trabajado con esa material y es muy blando, se trabaja muy bien".

La labor no ha sido fácil. El cuadro de "Las hilanderas" tiene doce figuras humanas y muchos detalles, como la ruega o la máquina para hacer ovillos, esta última la que más le costó según el propio autor. "La cenefa que hay al fondo en el portón la tuve que hacer un poco por libre, porque en el cuadro apenas son unas manchas oscuras", destaca.

Martínez Valdivieso nació en Diezma (Granada) en 1933 y a los doce años ya estaba tallando madera, gracias a las enseñanzas de sus dos maestros, Miguel Moreno y Salvador Machado, "El Che". Sin embargo, tras casarse y tener su primer hijo, el trabajo comenzó a escasear con la llegada de los muebles de fabricación en cadena, y decidió buscarse la vida en otros lares, para acabar trabajando en Ensidesa. "No me pesa porque tenía que buscarme la vida como fuera, pero la gubia nunca la olvidé", asegura. En Asturias, ya nacieron sus otros cinco hijos y acaba de cumplir las bodas de diamante con su mujer: "Sin ella no podría hacer lo que hago, siempre me ha facilitado todo" . Y es que desde que se jubiló dedica mucho tiempo al taller, no solo por los cuadros. Arcones finamente decorados, marcos y hasta zanfonas, un instrumento tradicional, también forman parte de sus trabajos.

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