Síguenos en redes sociales:

Los peces luna gigantes en el Cantábrico son "cosa excepcional", aseguran los expertos

El animal capturado el miércoles por un pesquero avilesino llama la atención de los científicos que exploran la costa asturiana

El pez luna pescado en Peñas

11

Un pez luna de media tonelada de peso nadando en las aguas del cabo Peñas es "cosa excepcional", señala Javier Cristobo, el director del Centro Oceanográfico de Gijón, y lo confirma el biólogo Alberto Vizcaíno, que también es director general de Pesca del Gobierno del Principado. Como adelantó LA NUEVA ESPAÑA, ese enorme animal fue el que capturaron el miércoles pasado los pescadores del "Travesáu", un barco que patronea Manuel Chedas y que trabaja a la pareja con el "Travesía", es decir, los dos pesqueros navegan en paralelo con una red extendida entre ambos y arrastrando las bacaladillas que luego se venden en la rula.

Lo que sucedió el miércoles pasado en aguas de Peñas es que, al recoger las redes, los pescadores descubrieron uno de los animales más extraordinarios de cuantos surcan los mares. "Nada cerca de la superficie del mar, cuando descansa, se tumba de costado", explica Vizcaíno. "Su presencia en aguas del Cantábrica es esporádica, pero en el Centro de Experimentación Pesquera, en Gijón, tenemos dos. Uno de ellos de 150 kilos", apunta Vizcaíno. El Centro de Experimentación Pesquera cuenta con un pequeño museo en el que se ilustra el uso de las distintas artes de pesca que se practican en Asturias. "No podemos explicar la presencia de peces luna reales -seguramente el que pescaron es un pez luna real- como causa del cambio climático", apostilla Vizcaíno.

El "Mola mola" (ese es su nombre científico) se adapta a cualquier tipo de corriente. Tiene sangre caliente, como los peces y los pájaros. Así es posible avistarlo en aguas caribeñas o cantábricas. Las aguas de la costa asturiana son fruto de la mezcla de las corrientes del Atlántico Norte y del Labrador (frías) con un ramal de la corriente del Golfo (cálida). Estas corrientes se mezclan con otra cálida, la que sale del Mediterráneo, sube por Portugal y alcanza el Cantábrico. Todo esto explica la presencia en aguas asturianas de tortugas mediterráneas, delfines varados y, en ocasiones, hasta focas (una de las famosas atracó en Avilés).

El cóctel de aguas produce también un ecosistema rico en organismos que, como explicó Vizcaíno, "se dejan llevar por las corrientes". Este tipo de organismos (plancton) son de los que se alimenta el pez luna que pescaron y devolvieron al mar Chedas y sus hombres el miércoles pasadas las dos de la tarde. "Es de agradecer a Chedas que haya devuelto al mar al pez luna. Me hubiera sorprendido, en todo caso, que hubiera entrado con él en el puerto", señala Vizcaíno. El aninal no es habitualmente comestible y es manso, pese a lo que su aspecto monstruoso pudiera dejar ver.

Pulsa para ver más contenido para ti