La rula de Avilés va a tener un final de año redondo. La previsión es que los ingresos por la venta de pescado sobrepasen de largo los obtenidos el año pasado -32,5 millones de euros- e incluso alcancen al máximo de toda la serie histórica, los 37 millones de euros facturados en 2015. La merluza, sobre todo, es la gran responsable de esta mejoría. "Mes a mes, la merluza llegó de manera estabilizada y contamos con algún barco comunitario más. Hemos tenido más constancia", avanzó ayer Ramón Álvarez, gerente de la sociedad "Nueva Rula de Avilés". La merluza ya supone la mitad de los ingresos de la rula de Avilés y alcanza por el momento los 16,5 millones de euros, un 15 por ciento más que en todo 2016 (14,3 millones de euros)
Hasta octubre, el último mes del que hay datos oficiales, la lonja facturó 32 millones de euros y, según Álvarez, se prevé que hasta final de año haya ingresos de unos cinco millones más. Hasta octubre, las ventas fueron de 12,1 millones de kilos de especies, casi el mismo que en todo 2016 (12,56 millones de kilos).
Si importante es la merluza, no menos lo es la llegada de bonito a la rula avilesina. La campaña de este año se cerró con 873.630 kilos y casi cuatro millones de euros de ingresos. "Creo que la costera también fue positiva, sobre todo porque tuvimos descargas continuadas de barcos del País Vasco", apuntó el gerente de la sociedad pesquera.
Un hecho que influye en la llegada de embarcaciones vascas es que la rula de Avilés es cadena de custodia de la certificación MSC, que es un estándar diseñado para evaluar si una pesquería está bien gestionada y es sostenible. "A ella están asociada la mayor parte de la flota vasca, algo de la cántabra y ningún barco asturiano. La idea que tenemos es que el año que viene se sumen también los barcos asturianos, aunque la revisión de la certificación no es hasta primavera. Avilés es la única rula que es cadena de custodia fuera de la marca MSC", valoró Ramón Álvarez.
El gerente de "Nueva Rula de Avilés" explicó que esa certificación es efectiva y da "mucha solvencia y valor comercial" para productos elaborados y conservas, no tanto para pescado fresco. "Poner en una lata de bonito MSC implica que tienes mucha solvencia para vender en Centroeuropa y Rusia. Es un producto que se paga más caro si lleva esa marca de calidad. Así que a nivel comercial es importante", añadió.
Este año también fue el primero que la rula de Avilés implantó en los bonitos vendidos un distintivo específico con el que, a través de un código de barras, el consumidor puede saber que fue subastado en la rula de Avilés, el arte utilizado -cacea (pesca con anzuelo, "selectivo y sostenible")-, el barco que lo capturó y el lugar.
Pero no solo de merluza y bonito vive la lonja avilesina. También es destacable la campaña de la xarda, que este año dejó en los muelles 3.068.318 kilos por valor de 2,5 millones de euros.
"Los buenos resultados obedecen a la diferencia conseguida con el bonito, a la merluza del norte y a que se ha mantenido la pesca de bajura en un nivel óptimo e, incluso, hemos tenido alguna embarcación más de ese arte", concluyó Álvarez.