Los vecinos piden vigilancia para evitar los robos de cobre en Solís

Varios vecinos de la parroquia de Solís han vuelto a sufrir las consecuencias de un robo de cable telefónico en la zona para, presuntamente, extraer el cobre para su venta ilegal. Ha sido apenas hace unos días, pero esta situación se está convirtiendo en una rutina para los vecinos, que han llegado a quedarse sin teléfono durante días en varias ocasiones.

Los residentes afectados denuncian que vienen sufriendo los robos desde hace meses, pero en los últimos tres, la frecuencia ha crecido. Ya en el último Pleno, la edil de USPC, Silvia García, explicaba que se habían producido tres sustracciones de cable en diciembre y dos en enero, pero lejos de frenarse la trayectoria, los cacos han vuelto actuar ahora en febrero. "Hay que buscar fórmulas para disuadir a los ladrones, mejorando la seguridad", señaló la concejala.

No es fácil y los propios vecinos lo saben. Las sustracciones del cable se producen en una zona que los ladrones tienen bien controlada, de difícil acceso y con muy poca luz, por lo que los propios vecinos no saben lo que está ocurriendo hasta que sufren las consecuencias. Se da la circunstancia de que la línea en la que se producen los robos, no solo afecta a los vecinos de Solís, sino también a zonas de otros concejos, como por ejemplo el área industrial de El Montico (Carreño).

La mayor preocupación de los vecinos está en que los asaltos les dejan incomunicados por vía telefónica durante horas e incluso días, ya que se da la circunstancia de que la zona tampoco tiene una buena cobertura móvil. "El problema es las molestias que genera. Hay gente mayor que puede necesitar el teléfono para una emergencia y no lo tienen", denuncia García.

Los robos de cobre son un quebradero de cabeza también para los diferentes Cuerpos de Seguridad, aunque en muchas ocasiones logran esclarecerlos, como ocurrió hace apenas un mes, cuando se detuvo a dos personas por un presunto robo en el polígono de Valdredo-Cudillero. Con todo, son sustracciones muy habituales, en el concejo de Gozón, por ejemplo, el campo de fútbol de Miramar sufrió una oleada de robos de este tipo y el club tuvo que tomar medidas para evitarlos.