La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Los parabrisas del futuro ya se fabrican en Avilés

La planta avilesina de Sekurit exporta a Estados Unidos las lunas de alta gama compatibles con la visualización de datos sin tener que mirar al cuadro de mandos

Empleados de la planta avilesina de vidrio para automoción posan para una foto de grupo con motivo de la reciente concesión de la medalla de plata.

Lo que hace un año constituía un reto en toda regla para la factoría avilesina de la multinacional Saint-Gobain -fabricar las lunas para automóviles más sofisticadas del mundo, las que son capaces de reflejar imágenes proyectadas sobre las mismas- ya es una realidad: la línea número 4 de la planta de Sekurit, la marca de parabrisas del gigante francés del vidrio, manufactura a razón de 25.000 unidades de esos parabrisas al año y con resultados satisfactorios. Es, además, la primera vez que Saint-Gobain se embarca en España en la fabricación de uno de estos dispositivos.

La complejidad de esas lunas automovilísticas de muy alto valor añadido (de momento solo las equipan coches "premium" y de muy alta gama) tiene que ver con las características especiales que han de tener para poder reflejar el cuadro de mandos del vehículo previamente proyectado por un sistema basado en la tecnología HUD (Head-Up Display), siglas que podrían traducirse al español como "visualización frontal de datos" y cuya utilidad no es otra que permitir al conductor de un vehículo recibir información relevante sin falta de quitar la vista de la carretera. El funcionamiento del HUD se basa en el principio de la reflexión de la luz sobre el vidrio del parabrisas, que a diferencia de los convencionales incorpora una capa especial entre las tres del "sandwich" (vidrio-polímero-vidrio) que hace posible la proyección.

La fabricación de los parabrisas compatibles con el sistema de información frontal al conductor no hubiera sido posible en Avilés de no haber sido porque durante los años de la crisis todo el personal de la fábrica se esforzó por mejorar los índices de eficacia, calidad y productividad. El cliente que encargó esas sofisticadas lunas es la multinacional americana General Motors, que las monta en un modelo de su marca Ford a la venta solo en Estados Unidos. Por lógica y por proximidad geográfica, Saint-Gobain debería haber pasado el encargo a su fábrica de México, pero acabó en Avilés porque la planta del país azteca carece de los conocimientos y los medios para asumir una fabricación tan compleja. Y así fue que el producto acabó haciéndose en Avilés, donde tanto los ensayos como las tiradas de prototipos fueron óptimas.

El inicio de la producción de los sofisticados parabrisas coincide con la concesión a la planta avilesina de Sekurit de la medalla de plata del programa de excelencia operacional World Class Manufacturing (WCM), un reconocimiento que solo consiguen las organizaciones que demuestran capacidad de cambio, buenas prácticas laborales, respeto ambiental, capacidad para fabricar productos de alta calidad y resultados sobresalientes. Solo 11 de los 37 centros de producción de Saint-Gobain en el mundo tienen esa medalla de plata y, de momento, ninguno la de oro.

Compartir el artículo

stats