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José Ángel Calviño, con una ecografía del bebé que reclama como padre, en la calle San Francisco.RICARDO SOLÍS

Un avilesino reclama la paternidad de un bebé que su madre entregó al Principado

"Mi expareja me ocultó el nacimiento y le puso sus apellidos", indica el hombre, que ha presentado una demanda para pedir una prueba de ADN

Le ocultaron el nacimiento de su hijo y, cuando tuvo conocimiento, el bebé ya estaba bajo la custodia del Principado en el Centro Materno Infantil de Oviedo, donde al presunto padre le niegan hasta la posibilidad de ver a la criatura. El avilesino José Ángel Calviño Cuervo, de 45 años, asegura que le privan del derecho a ejercer una paternidad que desea con todas sus fuerzas y anuncia batalla judicial para que el niño se críe en su casa, independientemente de que la madre opte por desentenderse. Como primer paso, este hombre ha puesto una denuncia en el Juzgado y tiene solicitado el nombramiento de un abogado de oficio para que tramite la petición de una prueba de paternidad, con la que espera conseguir el documento irrefutable que le reconozca como padre del pequeño.

La historia de este padre en lucha por la tutela de su hijo se torció, según relata el propio interesado, en los últimos días del embarazo de su compañera sentimental porque los inicios fueron prometedores. "Inicié una relación con la madre del niño hace un año y un mes", cuenta. "Ella es la suegra de mi hermana y debido a que estaba pasando una mala etapa fruto de la separación de un hombre que le hacía la vida imposible vino a vivir a su casa", prosigue este hombre. "Intimamos y acabamos de pareja. La noticia del embarazo fue una alegría... Nada parecía indicar que la cosa iba a acabar de esta manera", remata.

Avanzado ya el embarazo, la madre tuvo un encontronazo con su ex, al que denunció ante la Policía Nacional. Los Servicios Sociales de Avilés, siempre según la versión de su último compañero sentimental, ofrecieron a la mujer que ingresase en la casa de acogida para maltratadas y ella lo aceptó, sin que este cambio afectara a su buena relación con Calviño, quien para entonces ya hacía planes de vida con el bebé que estaba por llegar.

"El parto fue el 22 de mayo. Nació un varón. Pero eso no lo supe hasta tres días más tarde porque la madre me ocultó el nacimiento y yo estaba en Cudillero de aquella (José Ángel Calviño es pescador y pasa temporadas embarcado)", relata el supuesto progenitor. "Debido a la muerte de un familiar, volví a Avilés para ir al entierro y en ésas estaba cuando me llamó la madre de mi hijo para decirme que ya había nacido", prosigue. "Le dije que iba a verlo de inmediato y me contestó que no podía... que lo tenían en el Materno Infantil de Oviedo. Es el día de hoy que no sé si lo entregó ella voluntariamente o se lo pidieron. Pero eso es lo de menos, es mi hijo y quiero ejercer de padre", remata Calviño.

Con la madre, se interrumpió la comunicación. Con el Materno Infantil, no ha habido nada que hacer hasta el momento por la imposibilidad de demostrar que es el padre del bebé (la madre lo inscribió en el Registro Civil con sus dos apellidos). Y con la Policía Nacional, a la que acudió el hombre, "tampoco llegué a nada, ya que me explicaron que es el lugar para este tipo de actuaciones".

Desesperado y "sin saber qué hacer en ningún momento", José Ángel Calviño ha puesto una denuncia en el Juzgado de Avilés reclamando sus derechos paternales. "Pero la Justicia es lenta y los días pasan. Aún no tengo nombrado ni abogado de oficio para que me solicite la realización de una prueba de paternidad y se pueda poner fin a esta pesadilla", lamenta el demandante de la paternidad de un bebé que, de momento, está siendo atendido por los servicios sociales del Principado.

José Ángel Calviño, abierto a la posible ayuda de algún abogado sensible a su situación, deja claras sus intenciones: "Si la madre no lo quiere, el padre sí". "Puedo criarlo perfectamente como hice con mi otra hija (una chica que tiene ahora 21 años) y donde mejor está cualquier nacido es en el seno de una familia, que en mi caso es amplia: tengo tres hermanas y un hermano dispuestos a echarme un mano", concluye.

Este hombre, que asegura estar viviendo una pesadilla, tiene pensado seguir luchando por el bebé que reclama. No está dispuesto a renunciar a una paternidad que, siempre según su testimonio, le han hurtado sin ni siquiera consultarle. Asegura estar al límite, pero también dice que tiene muy claro que no va a tirar la toalla. Su objetivo, esa prueba que determine finalmente si el bebé que reside en el Materno Infantil es su hijo. El paso previo para hacerse cargo de él.

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