Las trombas de agua caídas en las últimas horas han obligado a Arcelor-Mittal a parar la acería LD-III, situada en Tabaza, debido a la inundación de parte de lo sótanos de la instalación. El origen del agua que anegó la planta inferior de la acería es el desbordamiento del arroyo de las Llongas, poco más que un hilo de agua en condiciones normales pero anoche un río incontenible que metió decenas de miles de litros de agua en el complejo siderúrgico.

Un portavoz de la empresa ha explicado que la decisión de "parar máquinas" no tuvo que ver tanto con la acción del agua como con el temor a que se produjeran accidentes en las zonas inundadas. Los peligros evidentes de esta situación extraordinaria (nunca en la historia de la acería, que se recuerde, se había desbordado el arroyo de las Llongas) eran el contacto del agua con tendidos eléctricos o con el arrabio y otros materiales a altas temperaturas.

Como consecuencia de la paralización de la acería, Arcelor también ha dado orden de parar la producción en el horno alto A de Gijón, uno de los que suministra arrabio al complejo de Tabaza. Esta decisión tiene que ver con la necesidad de no acumular de modo innecesario estocaje de arrabio que la LD-III no podrá utilizar mientras esté sin actividad.

Desde que se procedió a la parada de la producción en la acería, los servicios de emergencia y personal de la LD-III se pusieron manos a la obra para achicar el agua que inunda los sótanos, una tarea que aún prosigue sin una previsión clara de cuándo finalizará. Del mismo modo, la vuelta a la actividad de la acería es un incógnita a esta hora.

Según han descrito algunos trabajadores a este diario, en el foso de arrabio de la instalación se acumula agua formando una balsa de unos 15 metros de profundidad, lo cual da idea de la magnitud de la inundación.