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Marcelino Franco pondrá en marcha junto a la ría de Avilés un enorme centro de distribución

El grupo metalúrgico compra la nave a pie de puerto que ocuparon Ros Casares e Indemesa, en la que también transformará chapa

La nueva nave de Hierros Marcelino Franco, junto a la ría. MARA VILLAMUZA

Hierros Marcelino Franco, de propiedad familiar, acondiciona junto a la ría un centro de distribución de productos siderúrgicos. El grupo metalúrgico asturiano ha adquirido la nave de la margen derecha que ocuparon Ros Casares e Indemesa, unas instalaciones de unos 18.000 metros cuadrados donde ya entran materiales que llegan por barco y donde se pretende, además, realizar labores de transformación. Fuentes empresariales han explicado que la gran nave, que se encuentra a pie de puerto, será un gran centro de distribución en el que se trabajará también en el acondicionamiento de la chapa que se suministra a los clientes.

El grupo Hierros Marcelino Franco opera como un centro de servicios metalúrgicos que suministra a sus clientes chapa con las características que le demandan. Constituido en 1957, tiene sociedades en Asturias (Hierros Marcelino Franco, Oximafer, Aceros Avilés e Imprimacero), Álava (Olan), Málaga (Sideracero), Huelva (Suministros Siderúrgicos Huelva) y en Tarragona (Sidermetal). El pasado marzo, como informó este periódico, trasladó a Avilés la sede corporativa de su filial Oxicortes del Vallés, que tenía domicilio social en Mollet del Vallés (Barcelona). El grupo metalúrgico emplea a unas 350 personas en España, de las que unas 160 pertenecen a las instalaciones avilesinas.

El grupo empresarial está especializado en servicio de oxicortes, tratamientos superficiales contra la oxidación y corrosión mediante granallado y pintado y dispone de servicio de laboratorio para la certificación y homologación, así como para la investigación de tratamientos para aplicar a los productos. El torno al 60% de la producción que sale de los talleres se destina a la exportación.

Las nuevas instalaciones de Marcelino Franco se encuentran casi a pie de muelle, en la margen derecha de la ría, y muy próxima a centros tecnológicos y a otras importantes empresas del sector metalmecánico. La nave permanecía sin actividad desde que en 2016 echó el cierre la empresa asturiana Indemesa, que se había instalado un año antes en Avilés para fabricar vagones para Alemania, un proyecto que finalmente fracasó.

Quien promovió esa nave inicialmente fue Ros Casares. El grupo metalúrgico valenciano puso en abril de 2011 en la margen derecha de la ría la primera piedra de su centro de transformación del acero asturiano, que hizo aguas poco después. La compañía anunció ese año el cierre de varios centros de trabajo, los de Zaragoza, Padrón y Avilés, en el contexto de la crisis económica.

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