El Club de lectura de la biblioteca Bances Candamo se reúne de nuevo mañana martes, a las 17.00 horas, en su habitual sede del edificio de La Noria en el parque de Ferrera. Sus componentes analizarán la obra de uno de los más grandes autores en lengua portuguesa del siglo XX, Miguel Torga. Se centrarán en su ciclo narrativo "La creación del mundo", compuesto por seis libros. Se trata de la última reunión del club hasta octubre, cuando se retome la actividad.

Miguel Torga es el seudónimo de Adolfo Correia da Rocha, nacido en una aldea de la región portuguesa de Trás-os-Montes en 1907 y fallecido en Coimbra en 1995. Pese a proceder de una familia humilde, logró estudiar Medicina y ejercer como otorrinolaringólogo, mientras desarrollaba su vocación literaria, con sus primeros poemarios publicados a partir de 1934, bajo el título "A terceira voz".

La obra que se analizará mañana por parte de los participantes del Club, "La creación del mundo" (Alfaguara, 1986), supone un ciclo narrativo autobiográfico que conforman seis libros, cada uno de los cuales se corresponde con los títulos de la Creación, según el Génesis, que el propio autor calificó como crónica, novela, memorial y testamento. Narra su vida desde la infancia, su profesión médica, su labor literaria, que le hizo ser víctima de la censura y la represión de la dictadura de Salazar, durante la que incluso fue encarcelado.

Sus escritos reflejan su carácter peculiar. Agnóstico, crítico con la religión, practicante de un humanismo radical, identificado con las ideas de comunidad y solidaridad. Iberista convencido, nunca olvidó su origen campesino y humilde.

Considerado como sucesor de Luis de Camões o Fernando Pessoa, admirador de Miguel de Unamuno, utilizó primero el seudónimo de Luis Rocha, y finalmente el de Miguel Torga. Su obra, entre la que destacan "Cuentos de la Montaña", "Diario (1932-1987)", "Rúa", "Diaio II: últimas páginas (1987-1993)", o "Bichos", ha sido traducida a más de 20 idiomas. Rehabilitado tras el triunfo de la Revolución de los Claveles, en 1989 recibió el Premio Camões, el más prestigioso de las letras portuguesas.