La junta general de accionistas de la empresa Cartera de Inversiones Melca, S. L. en Liquidación -la matriz del Grupo Melca- aprobó ayer unas cuentas que suponen más de 3,5 millones de beneficios. Esto se logró por medio de una administración "basada en el rigor y en la solvencia", aseguraron ayer los socios que la controlan por medio de un comunicado de prensa. Además, destacaron, la compañía ha logrado "reducir la deuda de los bancos casi el 90 por ciento", concretamente, de 27,3 millones "a sólo 3,7", es decir "hasta límites históricos".

La reunión de los socios se celebró ayer a mediodía en las oficinas centrales de la corporación y se desarrolló en un ambiente de tensión. Y es que desde hace dos años la familia propietaria está divida: por un lado, el fundador de la compañía, José Luis García Arias, y su hijo mediano, Miguel García; y por otro, los dos hermanos de este (Elena y Daniel) y la madre de los tres y exesposa de García Arias: Isabel Becerril Santos.

Uno de los asuntos que causaron fricción ayer tuvo que ver con el matrimonio. Actualmente está roto, pero la sociedad de bienes gananciales no está disuelta. Esto significa que, según explican en el entorno de García Arias, la sociedad debería contar como única socia de Melca (y no cada uno de sus miembros por separado). Becerril considera que no. Este desacuerdo, aseguran en el entorno de García Arias, lo tiene que resolver un administrador judicial cuyo nombramiento ya ha sido solicitado. Por todo esto, el representante legal del fundador pidió la nulidad de la junta. Por eso y porque, según su criterio, el reparto de las acciones de los tres hijos no es el que recoge el libro de socios, si no el que los tres hijos acordaron posteriormente en dos contratos.

En todo caso, la empresa hizo públicos un beneficio bruto que llegó a 3.526.707 millones. Los gestores de Melca sostienen que "en los 17 meses que han transcurrido desde el acuerdo de liquidación se ha consolidado un cambio de rumbo en la gestión que ha logrado reducir de forma muy importante los elevados riesgos que habían caracterizado la anterior etapa tanto en la sociedad matriz como en sus filiales y que ha obligado a afrontar unas pérdidas totales de casi 10 millones de euros como resultado de la sobreexposición asumida por el anterior administrador en operaciones de riesgo en Bolsa y en acciones del Banco Popular".

"En este contexto, el anterior administrador, lejos de colaborar en la gestión responsable y rigurosa de la nueva dirección, sigue optando por el obstruccionismo mediante una estrategia de judicialización permanente con la que busca perjudicar la reputación de Cartera de Inversiones Melca", apostillaron. "En esta estrategia, no ha dudado en solicitar el concurso de acreedores para la única sociedad que administra con el único objetivo de no devolver los 4,8 millones del préstamo que debe a Melca". Los socios de control le reprochan también que "siga impidiendo" que una filial "recupere su sede social en la Casa Pedregal"; García Arias vive allí desde hace dos años.