El avilesino que recibió un disparo de un amigo el pasado mes de mayo a las puertas de un bar de El Pozón reclama que el agresor, un conocido peluquero de la zona, pase de cinco a diez años de cárcel por un delito de tentativa de homicidio, a los que podrían sumarse otros dos más por la tenencia ilícita de armas de fuego. "Mi cliente aún no ha recibido el alta médica y tiene secuelas psicológicas, que son lo peor. Le cuesta comprender como un supuesto amigo de toda la vida hizo esto, al final, por suerte, todo quedó en un susto", señaló Ignacio Hernando, abogado de la víctima, que prevé que el proceso antes de celebrar la vista oral del juicio sea largo.
El agresor se mantiene en la cárcel desde mediados del pasado mes de mayo. El recurso presentado por su defensa ante la Audiencia Provincial no fue suficiente para evitar la prisión preventiva. "Ya han declarado testigos, pero visto que el agresor reconoció los hechos, todo sigue pendiente", destaca el letrado. El arma utilizada fue una pistola modificada -una detonadora Ekol special 99 de 9 milímetros, según medios policiales-. El abogado destaca además los daños físicos sufridos por su cliente como consecuencia del perdigonazo. Solo hubo un disparo porque el arma se encascilló. "Tiene una esquirla de plomo en un pulmón y también en la garganta y no se intervino para evitar una posible afección a las cuerdas vocales", señala el letrado, que insiste en que los daños psicológicos "son peores".
El agresor fue detenido la misma noche del tiro a las puertas de un local en la avenida de Santa Apolonia. Recibió asistencia psicológica y acudió ante el juez antes de su entrada en el centro penitenciario de Villabona. El magistrado vio entonces el riesgo de una "posible reiteración delictiva", es decir, a que el peluquero reincidiera. La víctima se recuperó en el HUCA y aún está a expensas de recibir el alta médica por el disparo.
