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Las palomas desesperan a los vecinos de Cancienes: "Anidan hasta en los tiestos"

"No se puede ni tender, dejan la ropa hecha un asco a nada que te descuides", protestan los vecinos de Antonio Carreño y Valdés

Las palomas desesperan a los vecinos de Cancienes: "Anidan hasta en los tiestos"

"Las palomas están por todas partes, ensucian todo y nadie pone solución. En mi caso en concreto han anidado en un tiesto que tengo en la ventana y han puesto dos huevos", señala Patricia Iglesias mientras pasea con sus dos hijos por Cancienes esquivando los excrementos que han dejado las aves en el suelo junto a una columna. Estas palomas son ya un problema en la localidad, especialmente en la zona de la Lechera y de las viviendas del grupo Antonio Carreño y Valdés, donde los soportales les dan cobijo y se multiplican.

Por eso, la portavoz del Partido Popular, Cinta Mántaras, ha presentado un escrito al Ayuntamiento para que ponga solución a un problema que viene de largo. "Me cuentan que los problemas derivados del gran número de palomas ya llevan años afectando a la localidad y que son muchas las quejas que se han presentado ya en el Ayuntamiento pero no se ha puesto solución", sostiene la edil. Mántaras explica que al margen de la suciedad, lo más preocupante es la insalubridad: "Hay niños jugando con el balón cerca de lugares donde anidan. Los excrementos están por todas partes y pueden provocar enfermedades". Afirma que desconoce qué solución hay, por eso pide que los técnicos municipales la busquen.

A la espera de que el Consistorio actúe, cada cual busca sus propias soluciones. En las ventanas del grupo Antonio Carreño y Valdés se pueden ver bolsas a modo de espantapájaros, cuerdas atadas en la repisa para que las aves no puedan apoyarse, CDs para asustarlas... "No se puede ni tender, dejan la ropa echa un asco a nada que te descuides", comenta Patricia Iglesias. "Cada vez hay más y ahora están en época de cría", añade María Jesús Martínez.

No hace falta buscarlas mucho. "Duermen en donde encuentran un hueco, da igual que haya gente o que no y dejan todo lleno de excrementos", afirma Luis Heiros, mientras señala un tejado en el que se pueden contar hasta ocho palomas descansando. Unos metros más cerca, bajo un soportal hay otras tres, en un agujero.

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