Las malas noticias se le encadenan a la flota pesquera asturiana en este verano aciago para sus intereses sumiendo al sector en un estado de frustración sin precedentes. Y es que al mazazo que supuso el anuncio del cierre prematuro y por decreto de la costera del bonito -primero fechado para hoy mismo, y hace 48 horas pospuesto para la medianoche el próximo jueves- se suma ahora el cierre, igualmente ordenado desde Madrid, de la costera del bocarte, en este caso efectivo desde ayer y también por agotamiento del cupo autorizado de capturas.

Para mayor carga dramática, tanto el bonito como el bocarte abundan como nunca en la costa asturiana; de la segunda de estas especies en concreto se tienen localizados bancos "espectaculares de grandes", según describen los pescadores, a menos de 15 minutos de navegación de la ría de Avilés. "Hay un 'gordor' impresionante de bocarte (abundancia en jerga pesquera) a la puerta de casa y no podemos ir a pescar; es así de triste", lamenta un armador afectado por el cierre de la pesquería del pez estival también conocido como anchoa.

A diferencia del cierre de la campaña del bonito, que ha sido asumido con resignación, las cofradías asturianas de pescadores han tomado una iniciativa de última hora en relación al cierre de la costera del bocarte: solicitar a la Secretaría General de Ordenación Pesquera el adelanto de un 10 por ciento de la cuota de anchoa que le corresponderá a España en 2019, de manera que los barcos no se vean obligados en pleno verano a interrumpir su actividad o tener que pescar especies que en estas fechas deberían estar "descansando" para favorecer su recuperación biológica. La flota gallega afectada por el cierre de la costera del bocarte también suscribe una petición de adelanto de cuota en el mismo sentido que la asturiana.

El adelanto de la cuota de anchoa de 2019 es una medida que quedó contemplada en el "Acuerdo de Guetaria" suscrito el pasado mes de febrero por las flotas de todas las comunidades autónomas del Cantábrico.

"Empezaron con la caballa, siguieron con la merluza y ahora están por la labor de dejarnos sin nada; la pesca va a desaparecer". Así de contundente se manifestó ayer en el muelle pesquero de Avilés el pescador pixueto Germán Riesgo, dolido y enfadado -como casi todos los que viven de la pesca en Asturias- por la deriva que lleva el sector. Los últimos acontecimientos, marcados por recortes de cupos y prohibiciones de pesca, han generado un clima muy pesimista. En la imagen, Guillermo Díaz y Fernando García con cajas de pescado, ayer, en la rula de Avilés.