La obras de renovación integral de los aseos del parque de Ferrera comenzaron ayer. Una cuadrilla de operarios de la empresa Contratas Iglesias inició a primera hora de la mañana la retirada de los sanitarios, los azulejos de las paredes, el pavimento y los techos de un espacio que ocupa una superficie de 41 metros cuadrados útiles. Mientras tanto, a pocos metros de distancia, en las inmediaciones del estanque, el mural dedicado a San Agustín de la Florida, trasladado en el mes de febrero a la Escuela de Cerámica para su limpieza y restauración, vislumbraba tímidamente la nueva imagen. Las primeras filas de azulejos que integran la obra de doble cara que cuenta con alrededor de 350 piezas de 20x20 centímetros ya han sido colocadas. En unos días se completará su disposición y podrá volver a ser contemplado por los usuarios del parque.

El paso del tiempo ha ido deteriorando ambas instalaciones del espacio verde más grande de la villa. Los baños no habían experimentado ninguna reforma desde su construcción, por lo que las obras alcanzarán no sólo a los elementos visibles, también a la fontanería, el saneamiento y la instalación eléctrica. Igualmente, se adecuará la carpintería, los ventanales y el vestíbulo, así como los accesos en cumplimiento con el código técnico de la edificación.

El mural, por su parte, cuenta con un nuevo bastidor, en este caso metálico, y un muro de cemento sustituye la madera sobre la que reposaban los azulejos, muy deteriorada por la humedad, relata Jesús Castañón, profesor de la Escuela de Cerámica, prejubilado y encargado de la restauración que comenzó con la retirada de las piezas. "Despegar los azulejos no fue tarea fácil, exigió tiempo y mucha paciencia ya que había que ir uno a uno, con cuidado, para evitar que se estropearan; afortunadamente no rompió ninguno, apunta el ceramista. El paso siguiente fue limpiarlos "con una máquina de agua a presión, jabón, agua oxigenada, alcohol y disolvente, productos normales de una restauración limpia", concluye.