Baterías de coque de Avilés ya produce, aunque lo está haciendo a medio gas. Ha quedado anulada una de las torres de distribución de combustible -la número uno-. Esta circunstancia se produjo después de que la cinta transportadora de carbón ardiera en la tarde del martes. Como consecuencia de este incendio se colapsó la galería que la protegía.
La importancia de esta torre -una especie de silo- es que en su cumbre se encuentra un almacén con unas tolvas que vuelcan su contenido sobre un vagón que distribuye el combustible en cada uno de los hornos que componen cada una de las baterías. La instalación ferroviaria que recibe este combustible no se vio afectada de tal modo que podrá ser aprovechada para la segunda torre. En todo caso, la producción ha caído y va a verse ralentizada, pero se mantendrá. Y esa es la noticia mejor dentro de una catástrofe más en las instalaciones fabriles de Avilés.
La torre 1 es la que atiende las baterías uno, dos tres y cuatro. Las tres primeras quedaron el martes profundamente afectadas, tanto que los trabajadores presumen que serán liquidadas, aunque la empresa confía en volver a darles vida. El vagón que distribuye el coque mantendrá su operatividad, aunque el recorrido que debe realizar será más largo, porque hasta el martes por la mañana, los movimientos de carbón eran mayores (había dos torres y ahora sólo hay una). La torre número dos (la que alimenta las baterías de la cinco a la ocho) sigue operativa y eso es fundamental para la producción de todas las factorías de Arcelor en Asturias. O sea, que a medio gas y "con un apaño" la empresa seguirá sacando coque hasta diciembre del año que viene, que es cuando piensa cerrar Avilés.
Las toneladas de coque que faltan para mantener la normalidad vendrán de fuera, del extranjero. En las ocasiones en que Arcelor ha precisado de carbón destilado de más lo ha traído de Dunquerque, en Francia, donde posee una instalación integral.