Manuel Cuesta es carnicero. Trabaja diez horas todos los días, pero ayer en su hora libre estaba cargando colchonetas para convertir El Quirinal en un gigantesco tatami. Alberto Muñiz trabaja en Arcelor. Está de vacaciones desde el viernes pasado y el lunes que viene regresa al tajo. Se las cogió expresamente para poder echar una mano a su club de toda la vida, el Judo Avilés, en la organización del Villa de Avilés.

La mayúscula competición avilesina, una de las más punteras de España y relevantes a nivel nacional, es tan impresionante desde dentro como desde fuera. La gente del judo en la Villa del Adelantado lo vive estas últimas horas de preparativos como si fuera un niño pequeño en víspera de Reyes. "La ilusión nos la transmitimos unos a otros. Sin los colaboradores ni el trabajo voluntario esto no podría salir adelante", explica Muñiz.

"Hago esto porque me encanta. Soy padre de judokas del club y este fin de semana para nosotros es algo único", afirma Cuesta. Mar Prieto y Carlos Mora también prestan su tiempo para ocultar la cancha de baloncesto del polideportivo bajo las 400 colchonetas que dan forma al tatami sobre el que competirán 1.800 judokas. "Muchas manos hacen muchas cosas. Somos como hormiguitas", dice Mora, que ayer por la tarde le tocó hacer de taxista para recoger a los deportistas foráneos que llegaron a las 18.00 horas a Avilés.

No solo padres, sino también jóvenes están llamados a filas para colaborar en la construcción del Villa. Andrea Barreiro tiene 21 años y lleva 17 torneos a sus espaldas. Con una sonrisa de anuncio de tele da órdenes para que cada cosa ocupe su lugar. Para ella el Villa es algo más. "Tengo grandes experiencias. Hace dos años protesté mucho una jugada. Estaba metida en uno de los boxees y se me venció de lo alterada que me puse. Para nosotros esto es más importante que un campeonato de España", resume la única senior que queda en el equipo. Los pequeños también ponen su granito de arena. Mikel González, de 13 años, resume todo lo que sus predecesores han dicho con una simpleza elegante. "La ciudad nos apoya. Estamos en casa y nos lo pasamos estupendamente".

La competición arrancará mañana y se prolongará hasta pasado. Se disputa en el polideportivo "Complejo de Avilés", más conocido por El Quirinal. Están llamados a filas 1.800 judokas, 230 clubes de toda España y varias partes de Europa, y la entrada para presenciarlo es gratuita. Ayer, se produjeron los pesajes de los participantes y hubo un entrenamiento conjunto. Así que ya puede decir lo mismo que reza el cartel de entrada al tatami de El Quirinal: "Bienvenidos al Villa".