El gigante minero anglosuizo Glencore -que es propietario al 100 por ciento de la empresa Asturiana de Zinc (Azsa)- presentó esta semana el balance de la producción general referida a los tres primeros trimestres del año. Según el informe contable, la corporación ha sacado 786.000 toneladas de metal. Esto supone un incremento de un 7 por ciento con respecto del último período analizado.

La compañía que preside Ivan Glasenberg no escinde en su informe las producciones que salen de sus tres fundidoras de cinc europeas: Portovesme (Italia), Nordenham (Alemania) y San Juan de Nieva (España). Se da la circunstancia de que la planta castrillonense cerró el año pasado con 523.239,910 toneladas de cinc, cinco mil más que en 2016. En medios sindicales se repercute el incremento de producción de cinc de la matriz industrial en la bonanza en que se mueve desde hace casi una década la planta de Azsa: la tercera del mundo.

Se da la circunstancia de que a la vez de que el conglomerado que preside Glasenberg vende cinc metal, también extrae mineral: de los yacimientos más potentes del mundo, además. La compañía anglosuiza reconoce, en este sentido, el sólido desempeño de las minas McArthur River -una de las principales del planetsa- y el reinicio de los trabajos extractivos en Lady Loretta. Los dos yacimientos están en Australia. Esto es lo que explica la preeminencia de la empresa de Castrillón en el mercado mundial de cinc, un metal que se utiliza principalmente para la galvanización de acero.

La producción de cinc metal se hace por electrólisis, esto significa que el consumo de energía eléctrica es importante. Azsa siempre ha acudido a las subastas con éxito.