"Nos enorgullece que los galardones tengan constancia en la ciudad, con los años hemos ido ampliándolos ya que de un homenaje a ex profesores y antiguos alumnos han pasado también a ser a personas implicadas e importantes en la vida cotidiana del instituto", señaló ayer Bernardino Alonso, presidente de la Asociación de Antiguos Alumnos y Profesores del instituto Carreño Miranda, durante la presentación de los VII Premios de Reconocimientos que se entregarán el sábado, 10 de noviembre, en el transcurso de una comida que se celebrará en el Palacio de Ferrera.

Los galardones han recaído en Ovidio Fernández Albuerne y Ángeles Martínez Fernández (que estuvieron al frente de la cafetería del instituto), la profesora María Luisa Núñez Fernández; los exalumnos Román Antonio Álvarez González, exconcejal e historiador; y José Luis Vigil Félix, empresario; y, a título póstumo, Bienvenida Antuña García. El año pasado, el comité organizador decidió incluir un apartado de familias al comprobar que por las dependencias educativas han pasado varias generaciones de un mismo clan. Por ello, en esta ocasión será homenajeada la familia Argüelles Antuña. Todos los premiados recibirán una escultura realizada por Ramón Rodríguez, que fue alumno y también profesor de dibujo del Carreño Miranda.

En el acto celebrado en el Ayuntamiento de Avilés, Román Antonio Álvarez recordó algunos datos de la historia del instituto que inició su andadura en la Escuela de Artes y Oficios para instalarse posteriormente al edificio que hoy ocupa el colegio Palacio Valdés en la avenida de Portugal y, actualmente, en la avenida de Cervantes. Lo calificó como "un centro de referencia y también dijo que "es especial porque significó el salto de Avilés a las enseñanzas medias".

Una de las premiadas este año es María Luisa Núñez Fernández, profesora de Filosofía y defensora a ultranza de la continuidad de esta disciplina en el curriculum del bachiller al tratarse de unas enseñanzas que, asegura, "ayudan a tener una visión global y a ser crítico". "Cuando mis alumnos me preguntaban el primer día para qué sirve la Filosofía les decía que para vivir", manifiesta.