La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La ciudad con dos "lignum crucis"

Los terciarios de San Francisco custodian una reliquia de la santa cruz, que se venera en San Antonio de Padua, desde finales de la Guerra Civil

José Antonio García Alba y Manuel Agustín Albuerne, de la Tercera Orden de San Francisco, junto a los relicarios que guardan el "lignum crucis" y la reliquia de San Francisco. MARÍA FUENTES

En Avilés hay dos "lignum crucis", es decir, dos reliquias de la Santísima Cruz: una se venera en la iglesia de Santo Tomás de Cantorbery y la otra en la de San Antonio de Padua. La primera la custodia la Real Cofradía de la Soledad y la segunda, la Tercera Orden de San Francisco, los franciscanos seglares. "No conozco ciudades del tamaño de Avilés que cuenten con dos reliquias como esta", apunta Alfonso López Menéndez, el párroco de San Nicolás de Bari, la iglesia principal de la villa, en el antiguo convento de San Francisco del Monte, donde vivieron los franciscanos desde la Edad Media hasta bien entrado el siglo XIX.

El "lignum crucis" de Sabugo cuenta con capilla propia en el templo mayor del antiguo barrio de pescadores, el de los franciscanos no. Se venera en la iglesia de los Padres cada 14 de septiembre, que es la celebración de la Exaltación de la Santísima Cruz. La reliquia de Sabugo llegó a Avilés en 1955, según escribe Román Antonio Álvarez. La de los franciscanos "presumiblemente un poco antes, tras la Guerra Civil", señala Manuel Agustín Albuerne Gutiérrez, que es el presidente y ministro -"el que sirve", aclara- de la Tercera Orden de San Francisco en Avilés.

Lo de "presumiblemente" es una aproximación temporal: "Falta estudiar esto, sumergirse en los archivos". Explica Albuerne que el convento de San Francisco de Avilés siempre perteneció a la Provincia Franciscana de Santiago. "La casa central es un colegio de misioneros para Tierra Santa y para Marruecos. Los frailes de allí han tenido muchos vínculos con Jerusalén. Desde hace siglos, los franciscanos guardan los Santos Lugares", explica y, a continuación, recalca: "Tras el 'impasse' de la Desamortización de Mendizábal, los frailes dejan Avilés. Regresaron en 1919 y estuvieron aquí hasta 2013. Se encontraron entonces con que la parroquia de San Nicolás, la de la villa, había tomado su convento y que la antigua iglesia estaba arruinada. Sólo se mantenía con culto la capilla del Santísimo Cristo: lo llamaban el Santísimo Cristo de San Nicolás. De hecho fue el nombre con el que bautizaron el antiguo ambulatorio, el de Llano Ponte. También tenía otro nombre popular: el Cristo de los Zapatos de Plata. Esta enorme devoción se subraya con la presencia de la Cofradía del Santísimo Cristo, que es devocional, no sale en Semana Santa, pero es la más antigua de Avilés. "De 1734", apunta. Este es el contexto que explica la llegada de la reliquia franciscana de la Cruz de Cristo, según Albuerne, el presidente de los franciscanos laicos.

Siempre ha habido hermanos terciarios en Avilés, "desde bien entrado el siglo XIII", continúa el representante de los seglares del santo de Asís. Los primeros fueron Juan Alonso de Oviedo y su esposa, Aldonza González. "Los dos están enterrados en la iglesia de San Nicolás, que hasta el siglo XIX fue la sede de los frailes franciscanos de Avilés", continúa Albuerne. Pero esto es pasado. "Los terciarios somos franciscanos seglares, nos comprometemos a vivir el Evangelio de forma radical y siguiendo las bienaventuranzas", explica. Todo esto, con los dos pies en la calle. Los terciarios son como una protoONG, una organización volcada "en la periferia, en los socialmente invisibles", cuenta. Y esto lo hacen por medio de proyectos misioneros mensuales. José Antonio García Alba, el vicepresidente y viceministro de los terciarios, explica que el trabajo que desarrollan los custodios del "lignum crucis" es "dar una orientación afectiva a los hermanos que más lo necesitan: eso lo hace Dios y lo hacemos nosotros, con nuestros propios hijos: te vuelcas con quien más lo precisa", reconoce. Lo hacen en el local Fraternidad de la plaza del Pescado, allí es donde muestran su "lignum crucis" y también una pequeña reliquia del propio fundador (en San Nicolás custodian otra). "Esta Fraternidad la compartimos con los Mensajeros por la Paz. Tenemos un local que es un centro de día, un lugar en el que encontrar compañía quienes no la tienen". Y también un lugar en el que se desarrollan programas como el de recogida de medicamentos con destino a Venezuela de este mes de octubre. "En noviembre recogeremos alimentos para enviar a República Dominicana", anuncia Manuel Agustín Albuerne. "Y preparamos un programa de acompañamiento a católicos homosexuales", añade. "Somos 17, pero si funcionamos es gracias a los muchos voluntarios que se vuelcan con nosotros", apostilla el responsable de los Terciarios.

"Somos terciarios porque Francisco fundó la orden de los frailes, después vinieron las clarisas y, al final, nosotros", cuenta García Alba. "Tras las parroquias somos la institución religiosa más antigua de Avilés", recalca Albuerne. "Tenemos ocho siglos de historia, pero nuestra mirada está en el presente y, sobre todo, en el futuro", concluye.

Compartir el artículo

stats