Baar, en el cantón suizo de Zug, es una pequeña localidad de poco más de 20.000 habitantes, pero, a la vez, es uno de los centros financieros más importantes del mundo. Desde ese lugar se gobiernan el presente y el futuro de las empresas del conglomerado anglosuizo Glencore, que es propietario de la empresa Asturiana de Zinc (Azsa), donde, en 2012, una cincuentena de trabajadores de la auxiliar Ingeniería y Montajes del Norte (Imsa) sufrieron "el mayor accidente por metales pesados de Europa", en palabras de Rafael Mayoral, diputado de Podemos en el Congreso de los Diputados, que atendió ayer a LA NUEVA ESPAÑA por teléfono desde la localidad helvética, a una hora y algo al sur de Zúrich.

En Baar, precisamente, un representante de la multinacional Glencore atendió ayer durante algo más de hora y media a Mayoral y a una delegación de los accidentados en la sede central de la matriz de Azsa (todos estuvieron acompañados por varios miembros del círculo de Podemos en Zúrich). "Han recogido nuestras reivindicaciones, tomaron nota de todo, nos pidieron la documentación que avala todo y aseguraron que van a establecer una vía de diálogo con la compañía en España", aseguró Dori Martínez Acevedo, la portavoz de la Asociacion Asturiana de intoxicados por metales pesados y agentes químicos, que agrupa a buena parte de los trabajadores envenenados.

"Les explicamos la situación en que se encuentran y por qué llegaron a ella. Les contamos la larga serie de incumplimientos de la empresa Asturiana de Zinc con respecto a los afectados. El representante de Glencore nos agradeció la visita, tomó nota de todo cuanto le dijimos. Les pedimos que se hicieran cargo de los gastos del médico toxicólogo que debe dirigir el equipo interdisciplinar que vienen reclamando desde hace años. Glencore nos comunicó que iba a trasladar a Azsa las reclamaciones y que haría por solucionar el problema", señaló el diputado de Podemos.

Los trabajadores afectados hicieron una huelga de hambre durante cerca de dos semanas este otoño pasado con el fin de que el Gobierno regional nombrase un equipo multidisciplinar dirigido por un toxicólogo para todos los accidentados. Este punto no se logró porque no existen este tipo de médicos en la Sanidad asturiana, pero los afectados lo consideran fundamental. "Muchas de sus dolencias están todavía en investigación y eso se los trasladamos al representante de la multinacional", señaló Mayoral al término del encuentro en la sede central de Glencore. "Hemos establecido una vía de diálogo. Tiene nuestros contactos, nosotros el suyo. Hablamos largo y tendido de todo cuanto nos llevó a Suiza", añadió Martínez Acevedo.

"Estamos a la expectativa de lo que ahora hagan con lo que les hemos dicho", señaló el diputado de Podemos, que se interesó por su situación de los extrabajadores de Imsa este pasado otoño en una visita que hizo al campamento de los huelguistas de hambre, en las mismas puertas de Asturiana de Zinc, en San Juan de Nieva. En este mismo sentido, se manifestó Dori Martínez Acevedo, que dijo estar dispuesta "a volver a Suiza cuantas veces sean necesarias para tener la solución". "Las puertas, cuando menos, se han abierto", recalcó Mayoral.

La expedición de afectados y acompañantes, tras salir de las oficinas centrales de la multinacional Glencore, tomaron camino de nuevo hacia el Aeropuerto de Zúrich. Desde ese lugar, volaron de vuelta a Madrid, donde hicieron noche. Tienen previsto regresar esta mañana a Asturias. Este periódico ha pedido valoración del encuentro de los afectados por el mercurio y Glencore a la empresa Asturiana de Zinc (Azsa) que ha optado por guardar silencio.