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La mujer conflictiva de Hermanos Soria niega amenazas: "A esa hora yo estaba en El Atrio"

Los denunciantes sostienen que la tarde del 8 de noviembre había luz en la vivienda de la acusada y que oyeron una voz de mujer y risas

La vecina conflictiva de la calle Hermanos Soria negó ayer la mayor en un nuevo juicio por amenazas hacia sus vecinos de arriba por una denuncia presentada la tarde del pasado 8 de noviembre: "Estaba en El Atrio, como todas las tardes". La mujer aseguró también que las palabras atribuidas en la denuncia por sus vecinos "jamás" habían sido proferidas por ella ni por su hijo -que no se presentó al juicio al estar "indispuesto" pero sin justificante que lo acreditara-: "No son mis palabras; ni mías de mi hijo, que es un profesor de instituto y educado". Las frases objeto de la denuncia son: "Hijos de puta, ya estáis otra vez con el hijo de puta de vuestro hijo. Me cago en vuestra puta madre. No os va quedar claro, hijos de puta, que ese niño no va a poder volver a dormir en esa casa" y fueron escuchadas por el denunciante, su mujer y su hijo menor la tarde del 8 de noviembre cuando fueron a recoger enseres a su vivienda. El abogado de la defensa, José Carlos Botas, señaló además que esas frases "no son amenazas, sino insultos, que están despenalizados desde 2015".

La denunciada fue a más y en su declaración ante el juez aseguró que durante la tarde del 8 de noviembre no estaba en casa, pese a que los denunciantes observaron que había luces encendidas y vieron sombras en el interior de la casa, un matiz que también corroboraron los agentes de la Policía Nacional personados en la zona tras ser alertados por los denunciantes. También escucharon "una voz de mujer" que era la que profería las supuestas amenazas y "risas" que aparentemente eran las de su hijo. Ante esa afirmación, la acusada indicó que "nunca apaga la luz" cuando sale de casa porque tiene animales.

Orden de alejamiento

El abogado de la acusación, Antonio Urrutia, pidió una multa de tres meses a razón de seis euros al día y una orden de alejamiento de 500 metros de sus clientes por un tiempo de seis meses. Urrutia recordó a la juez que la familia conflictiva tiene una medida cautelar en vigor que fija una orden de alejamiento que fue quebrantada por la denunciada. Además, aportó informes médicos de sus defendidos que ven "imposible" vivir en su vivienda mientras no cesen el acoso y las amenazas de sus vecinos de abajo.

El letrado de la defensa, por su parte, pidió la libre absolución de su cliente.

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