La mancomunidad del Cabo Peñas cerró las cuentas de 2018 con un remanente de 30.000 euros, algo que no ocurría desde 2004. "Cuando asumimos la presidencia en 2010 las cuentas llevaban sin rendirse desde 2004. La entidad ha sido un caos y hasta el año pasado estuvimos con presupuesto prorrogado. En 2018 conseguimos sacar el presupuesto adelante y ahora nos ha quedado un remanente, lo que quiere decir que las cuentas por fin cuadran", explicó el presidente de la entidad, Jorge Suárez.

La junta de ayer decidió adonde iría destinado ese remanente y los integrantes lo tuvieron claro: una desbrozadora y un remolque. "Ya se están preparando los pliegos para que salga a licitación inmediatamente", señaló Suárez.

Por otro lado, Gozón celebró su último Pleno con contenido -falta el de aprobación de las actas-. Por unanimidad, los asistentes decidieron prorrogar la concesión de la gestión de la estación de autobuses, supeditada a una serie de obras, como la demolición parcial del muro de entrada por seguridad. Además, se aprobó regularizar un taller en Valparaíso, con una revisión parcial del Plan Urbano (PGOU), con la abstención de IU, que exige una revisión total del PGOU.