"Tenemos que hacernos a la idea de que la avispa asiática no va a desaparecer. El que diga que se puede erradicar, miente". Lo dice un experto: Juan Prado. Sólo en la comarca avilesina, los Servicios de Emergencia del Principado han retirado ocho nidos de velutina en las últimas semanas. "Este tipo de hechos irá a más", advierte el apicultor, que apela a la colaboración ciudadana para tratar de mitigar las consecuencias medioambientales de una especie invasora que amenaza la supervivencia de los insectos polinizadores al tiempo que desmitifica su peligro para los humanos: "La picadura de la avispa asiática mata igual que la de aquí".

Según Prado, Avilés es una de las últimas zonas de Asturias a la que ha llegado la velutina, que entró al Principado por las alas y fue "conquistando" territorios hasta llegar a la zona central. En este punto, advierte, ya no hay retorno. Lo único que se puede hacer es tratar de controlar las poblaciones. Para eso afirma que "la clave está en la colaboración ciudadana y la implicación de las administraciones".

La mejor época para erradicar la velutina es tras su periodo de hibernación, aproximadamente a partir de febrero. Es entonces cuando las reinas salen de su letargo y comienzan a elaborar su nidos embrionarios y a poner huevos para el nacimiento de las avispas obreras. Estos refugios son muy pequeños y endebles, por lo que las avispas procuran colocarlos en zonas refugiadas. "Y donde mejores ubicaciones encuentran es en el medio humano", apunta Prado sobre el porqué es cada vez más habitual encontrarse con nidos de este insecto en núcleos urbanos.

De encontrarse los nidos primarios, "que son poco más grandes que una mandarina y en principio sólo están habitados por la avispa reina", Prado aconseja a los ciudadanos que lo rocíen con matamoscas. "Simplemente con eso conseguirían matarlo". Eso sí, advierte, y lo hace con especial énfasis, que si se encuentran con un enjambre llamen inmediatamente a los Servicios de Emergencia y se alejen de la zona.

Otra de las cosas que puede hacer la ciudadanía para tratar de poner coto a la velutina es la colocación de trampas. El Principado ofrece a través de la web www.avisap.es la posibilidad de instalar de manera totalmente legal estos cepos. "Hay que animar a todo el mundo a trampear, es la clave", enfatiza Prado. El Ayuntamiento de Avilés cuenta con medio centenar de trampas propias.

Para el experto, el principal problema que genera la avispa asiática es que se alimenta de otros insectos. En ocasiones de especies que favorecen la polinización natural. "No digo que vayamos a tener que estar polinizando a mano, pero sí que puede causar impacto en nuestro ecosistema", asegura el experto.

De los riesgos de la picadura de la velutina para la salud humana da fe el luctuoso caso de un joven de San Tirso de Abres que murió en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) tras ser picado por una de estas abejas, aunque Prado relativiza la agresividad de la especie: "Es igual de nociva que la de aquí", sentencia.