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JORGE MORENO | Actor, director y autor de "Sobremesa occidental"

"Revestimos de seriedad las estupideces que dicen los políticos y nos reímos"

"Los teatreros no somos libres: nos condicionamos porque pensamos que si expresamos algo más alto de lo normal nos puede perjudicar"

Jorge Moreno, ayer, en la calle Palacio Valdés. MARA VILLAMUZA

Jorge Moreno (Gijón, 1973) es actor, director, productor y autor de "Sobremesa occidental", una comedia que el teatro Palacio Valdés programa esta noche (20.15 horas) dentro de su ciclo "Hecho en Asturias". Conversa con LA NUEVA ESPAÑA ante un café solo y uno con leche, en el Lord Byron de la calle Palacio Valdés.

- "Sobremesa occidental", vaya título.

-La idea original sólo era una sobremesa tranquila... En los postres surgen los temas que van a enfrentar a los personajes... Pero salió al final un programa de televisión.

- ¿Y lo de "occidental"?

-Me da que nosotros, los occidentales, hemos terminado de comer y estamos de sobremesa, esperando no se sabe qué: no se sabe si la cena o el final de todas las comidas. Hemos alcanzado una posición de la que no podremos dar marcha atrás. Esta idea pensé en desarrollarla más que en una obra de teatro, en un cuento o en un ensayo. Occidente, de tanto buscarse, no se encuentra, no sabe quién es.

- ¿De todo esto habla en la función?

-Occidente, con sus problemas, es el mejor lugar para vivir porque aquí hay, de momento, leyes que respetan a las mujeres, a homosexuales... Me fascinan los lugares exóticos. Lo que no me fascinan son las civilizaciones exóticas.

- ¿Y la obra?

-La escribí antes de que la nueva política se materializase. Mi personaje estaría cercano a Vox y el de Sonia Vázquez, a Podemos. Mi partido se llama Lista Anderson y el de Vázquez, Socialicemos. Pero la obra se nos está quedando vieja: el personaje de Vázquez, por ejemplo, pide el derecho al voto de los animales.

- Suena a farsa.

-Una farsa desde una aparente forma realista. Revestimos de seriedad las estupideces que dicen los políticos y nos reímos. Hemos comprobado que la gente se ríe, por ejemplo, del lenguaje inclusivo, de cosas que digo como: "Voy a pasear mis perros y mis perras".

- ¿El teatro de verdad puede arañar al poder?

-El teatro debería tener capacidad de matar. "Ubu President" debería haber hecho caer a Jordi Pujol y no hubiéramos librado de todo esto.

- Pero eso no pasó.

-Pero debería pasar. Esa es una tarea que tenemos nosotros, los teatreros. Lo que sucede es que no somos libres: nos condicionamos porque pensamos que si decimos algo más alto de lo normal nos puede perjudicar.

- ¿En algún momento la voz del teatrero hizo de verdad mella?

-Claro. El bufón fue el único que se burló del rey, el único que pudo decir lo que todo el mundo pensaba y hacerlo con cierto humor. Los políticos ni se dejan parodiar, así que así se explica esto que le digo de la falta de libertad.

- Insisto. ¿Y cómo se soluciona todo esto?

-No ser libre no significa no vivir del teatro. No puede ser que vivamos en un ambiente en que me digan que cosas que escribí en "Morenito" no se pueden decir, que me tengo que cortar. "Morenito" es una chirigota moderna.

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