Una noticia pesquera esperanzadora se coló hace unos días entre las muchas pesimistas que llegan en las últimas semanas de Bruselas. A diferencia de las recomendaciones en su mayoría partidarias de reducir los cupos máximos de capturas para 2020 de especies como la merluza, el chicharro o el pixín (rape), la Unión Europea ha abierto la mano con las posibilidades de la xarda (caballa), como anunció el consejero Alejandro Calvo anunció en una reciente visita a la rula de Avilés. La previsión, según ha podido saber LA NUEVA ESPAÑA, es que el cupo global (del que España recibe una parte) aumente para la próxima campaña un 41 por ciento (10.085 toneladas más en aguas cantábricas). De hacerse oficial ese incremento, la flota asturiana recibiría un balón de oxígeno en una especie que da trabajo a los barcos en los primeros meses de la primavera.
La subida el cupo de xarda es consecuencia de la renovación del acuerdo pesquero que suscribieron la Unión Europea, Noruega y las Islas Feroe, países estos últimos que gestionan el stock de caballa en aguas del Atlántico nororiental. Las tres delegaciones acordaron fijar un TAC (Total Admisible de Capturas) conjunto de 922.064 toneladas, lo que supone aumentar un 41 % las posibilidades de pesca con respecto a las aprobadas para este año. A esa cifra hay que descontarle un 15,6%, que se deja en reserva, según el pacto que firmaron las tres partes en el 2014. En virtud de esa decisión, a los Veintiocho les corresponden 454.482 toneladas; las islas Feroe se llevan 116.118 y Noruega se queda con 207.551.
El acuerdo, que será extrapolado a los diferentes países de la UE en la reunión a celebrar en diciembre para repartir los TAC de 2020, recoge el consumo de cuotas de los países que pescan en el Atlántico nororiental, unos datos que evidencian que en 2019 no se consumió toda la cuota. Los datos provisionales indican que quedaron sin pescar más de 140.000 toneladas. Noruega dejó en el mar casi 8.000 toneladas de su cuota disponible y las islas Feroe dejaron sin consumir 20.000 toneladas de las 82.000 que tenía.
La existencia de ese sobrante indigna a los pescadores asturianos, que llevan años denunciando las "aberraciones" de un reparto de las posibilidades pesqueras que les condena a ellos a "sobrevivir" con 2.300 kilos por tripulante y costera (unas 1.200 toneladas en conjunto) cuando hay países como el Reino Unido, que dispone de 152.115 toneladas; o Noruega, cuyos profesionales pesqueros tienen permiso para capturar 135.000 y no son capaces de gestionar esa cantidad.
Que el TAC de xarda vaya a subir un 41% -nadie lo niega- satisface al sector pesquero asturiano. Pero esa "alegría" no oculta ni resuelve por si sola los problemas de fondo que denuncia una flota que tiene en la costera de la xarda uno de sus principales desahogos económicos cuando llega la primavera. La xarda genera ingresos para las lanchas de artes menores y también para los barcos de cerco y arrastre; es decir, genera beneficios y expectativas sin excepción.
Los pescadores asturianos temen que ese incremento de la cuota de xarda agrave las grandes diferencias que existen entre embarcaciones y entre las flotas de las diferentes comunidades autónomas del Cantábrico. Hasta la entrada en vigor en 2014 del nuevo y controvertido sistema de reparto de la cuota de xarda, la flota asturiana pescaba aproximadamente el 26,5% del total permitido en el Cantábrico; tras el cambio de criterio se ha quedado con el 14,74%. Las comunidades que salieron ganando fueron el País Vasco y Cantabria.
Al respecto del mayor trozo de tarta del que llevan disponiendo los pescadores vascos y cántabros desde hace un lustro, la Secretaria General de Pesca, Alicia Villauriz, ha manifestado su disposición a negociar que, en adelante, los aumentos de cupo de xarda se repartan de modo lineal entre las flotas beneficiarias. La cuestión es cómo se va a lograr pasar de la teoría a la práctica.
