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Decretan prisión provisional para un joven por agresión sexual a una mujer en Llaranes

Los hechos tuvieron lugar ayer, en torno a las 7.30 horas, en la calle Martinete, a escasos metros del colegio Apolinar Hevia

Decretan prisión provisional para un joven por agresión sexual a una mujer en Llaranes

Una juez ha decretado prisión provisional comunicada y sin fianza para el joven detenido por una supuesta agresión sexual en La Espina (Llaranes).

La heroica intervención de un vecino salvó ayer a una mujer de ser violada en Llaranes. Los hechos tuvieron lugar en torno a las 7.30 horas, en la calle Martinete, a escasos metros del colegio Apolinar Hevia. Fue entonces cuando este "samaritano", Sergio González, que pasaba por allí, escuchó gritos entre un coche y un camión. Al acercarse para ver qué ocurría, se encontró a un hombre con los pantalones bajados sobre una mujer que pedía auxilio. Al verse sorprendido, el supuesto violador echó a correr. González comenzó a seguirle mientras llamaba a la Policía Nacional. Minutos después, el supuesto delincuente fue detenido en las proximidades del barrio de La Luz. "Cuando echó a correr dije: a este lo pillo yo, no se puede escapar", explica el valiente avilesino.

Según el relato de González, todo sucedió en torno a las 7.30 horas. Fue entonces cuando aparcó en las proximidades del colegio Apolinar Hevia para dejar allí a los hijos de su pareja. Al bajarse del coche escuchó lo que parecían unos gritos. Metió rápido a los críos en el centro escolar y fue hacia el origen de las voces, entre un coche y un camión. Lo que se encontró fue impactante: un hombre, con los pantalones bajados, sobre una mujer que pedía auxilio. "Ella gritaba que le estaba violando. Entonces yo le di una voz: '¡qué haces!'", relata González.

Al verse sorprendido, el supuesto violador echó a correr en dirección a Villalegre. "No me lo pensé y empecé a perseguirle mientras llamaba a la Policía. No puede ser que haya gente así por la calle; quería que le pillasen", explica sobre la persecución, que les llevó hasta casi el barrio de La Luz. "Él al principio corría mucho, pero a la altura de Santa Apolonia se fatigó y bajó el ritmo. En ese momento yo aproveché para esconderme y seguirle caminando", relata sobre un rastreo que fue fundamental para que los agentes detuviesen al sospechoso, lo que consiguieron solo unos minutos después. "Nunca corrí tanto", reconoce con humor.

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