Los Magos sólo trabajan un día al año, pero lo hacen a fondo. Ayer tarde llenaron de ilusión, aplausos y caramelos las calles de Piedras Blancas, La Arena, Soto del Barco, Luanco y Trasona y Las Vegas; en esta última localidad, además, lograron juntar 12.000 espectadores dispuestos a irse a la cama más pronto que tarde. "Nunca vi tanta gente", destacó el concejal Rafael Alonso que dejó patente su agradecimiento a los trabajadores municipales y a los agentes de la Policía Local que guiaron el desfile "sin ningún tipo de incidencia".
Si la cabalgata de Corvera era municipal, principalmente, la de Trasona la organizó la sociedad de festejos local (Sofreta). Los Reyes Magos recorrieron La Marzaniella, tomaron la carretera y se llegaron al centro social, en la misma puerta de Arcelor. Allí los monarcas de Oriente repartieron juguetes a los niños del barrio.
En Piedras Blancas (Castrillón) también se juntó un número especial de espectadores. La fiesta fue enorme, las calles, una especie de constelación manual que consiguió conmover a las miles de personas que anduvieron por la capital castrillonense en la víspera de Reyes.
La cabalgata de Luanco también fue un éxito. Lo más aplaudido fue el final, cuando el desfile llegó a la calle de la Ribera, a la torre del Reloj. Por la mañana, el príncipe Alí-Atar había desembarcado en el muelle viejo de Luanco. Así que la ilusión, el aplauso y los caramelos se juntaron con el mar, seña de identidad de la capital gozoniega.