Dos de cada diez turismos suspende la Inspección Técnica de Vehículos (ITV) en Avilés por deficiencias graves de emisiones contaminantes. Así lo refleja la memoria de actividad de 2019 de la estación avilesina, por la que pasaron 78.385 vehículos el año pasado. El mismo informe revela también que las infracciones más comunes están relacionadas con problemas en el alumbrado y que solo dos de cada tres de los vehículos que se someten al examen lo superan a la primera.
En total, fueron 8.967 los vehículos que "pincharon" en la prueba de gases de la ITV. Porcentualmente, las ambulancias y los taxis son los que más "sufren" estos exámenes. Un 15 por ciento de ellos (195 en total) suspenden. Si bien, en cifras absolutas, los más damnificados son los turismos. De los 63.693 que se presentaron al test, suspendieron 7.536, un 12 por ciento del total. De ellos, 6.785 mostraron deficiencias graves, lo que hizo que tuviesen que pasar por el taller antes de someterse de nuevo a la prueba.
De hecho, los gases es el principal motivo por el que los vehículos tienen que acudir al mecánico antes de presentarse a una segunda revisión de la ITV. Prácticamente una de cada cuatro (el 23 por ciento) faltas graves o muy graves -las que impiden conseguir la pegatina de prueba superada- registradas el año pasado en la estación de Avilés está relacionada con la emisión de gases.
Estas cifras son muy similares a las registradas en años anteriores. En 2018, la cifra de vehículos que revelaron deficiencias graves en emisión de gases fue del 24 por ciento. En 2016, año en que se endureció la normativa relativa a emisiones, el dato era de 26,8 por ciento. Cabe destacar que en 2019 no se registró ninguna deficiencia muy grave relacionada con los humos.
El segundo tipo de averías que más vehículos mandó al taller fue el alumbrado y la señalización, que concentraron el 22 por ciento de los defectos graves. Los relacionados con las ruedas (18 por ciento) y los frenos (13 por ciento), son el resto de problemas tificados como graves más recurrentes. Los defectos tipificados como muy graves son los menos frecuentes: 163 en total. La mayoría (56 por ciento) están relacionados con problemas de frenos.
A lo largo de 2019, por la estación de la ITV de Avilés, ubicada en el polígono de Las Arobias, pasaron 78.385 vehículos, un 0,52% por ciento menos que el año anterior. Dos de cada tres vehículos suspendieron el primer examen, y de ellos 163 presentaban deficiencias muy graves, en especial las relacionadas con el sistema de frenado o con los dispositvos de suspensión, ejes o neumáticos.
Los mismos datos refieren que el paso por el taller tras el primer suspenso surte efecto. El 94 por ciento de los 22.837 vehículos que se sometieron a un segundo test lograron superarlo. Los que volvieron a catear lo hicieron, de manera más frecuente, con una deficiencia grave.
De lo que es difícil que haya queja en la estación avilesina es en los tiempos de espera. Según las estadísticas que maneja la ITV de Avilés, el 92 por ciento de los exámenes duran menos de 45 minutos y sólo el 1 por ciento de ellos se va más allá de la hora. En cuanto a los tiempos de espera, estiman que el 92 por ciento de los coches que acuden a pasar la revisión con cita previa entran en hora. En este sentido, los propietarios de vehículos avilesinos también responden, pues sólo el 7 por ciento de los que solicita cita previa no asiste a ella.
El porcentaje medio de suspensos de la ITV avilesina -30 por ciento considerando la suma de vehículos ligeros y pesados- es sensiblemente superior a la media española, que oscila entre el 20 y el 25 por ciento. En el conjunto del país, los diez fallos más recurrentes son, por este orden: emisiones de gas, neumáticos, cinturones, pérdida de aceite con goteo, luces del cuadro de mandos encendidas, holguras en el puente -especialmente en suspensión y dirección-, faros, la luz de matrícula fundida, intermitente inoperativos y la manipulación y falsificación de documentos del vehículo.
