Saint-Gobain ha citado esta mañana en sus oficinas centrales de Madrid a los representantes de los trabajadores de sus dos principales centros productivos en la Península, Avilés y Arbós (Tarragona). La convocatoria, escueta, expresa la intención de la compañía de informar de los proyectos que quiere poner en marcha del departamento de recursos humanos, así como de la evolución que tuvieron en 2019 los negocios de Glass (vidrio básico) y Sekurit (parabrisas para vehículos), ambos presentes en las instalaciones de La Maruca. El último apartado de la reunión se dedicará a relatar las perspectivas del negocio del vidrio para 2020.

Los delegados sindicales en el comité de empresa de Saint-Gobain en Avilés acuden a la reunión expectantes y temerosos por la posibilidad de escuchar planes que releguen a la fábrica local en los planes de la multinacional para la Península y el Magreb. Los acontecimientos recientes en la planta de La Maruca invitan, más que nada, al desasosiego: desvío de producción de parabrisas a Marruecos, ausencia de noticias sobre la llegada de nueva carga de trabajo, realización de jubilaciones sin cobertura de esas plazas mediante contratos de relevo y falta de noticias sobre inversiones en el horno (el corazón de la factoría), recientemente dañado por una fuga de vidrio incandescente.

Como antesala de la reunión de hoy, la empresa mantuvo ayer contactos con las delegaciones sindicales a título particular (CC OO, UGT y la CGT; según ha trascendido, en ellas evitó concretar plan industrial alguno para la factoría de Avilés; tampoco concretó inversión alguna en los hornos, si bien dejó entrever que la necesaria reparación del de La Maruca podría adelantarse para hacerlo coincidir con el mantenimiento de la solera.