Pedro Menéndez suma ya 501 años: los cumplió ayer. No hubo tarta, pero sí himnos, compromisos, hermanamientos y hasta bromas fraternas. "Mahón y San Agustín son ciudades hermanas. Y nosotros y San Agustín también lo somos. Así que Mahón es un poco nuestra cuñada", explicó la alcaldesa Mariví Monteserín, la anfitriona del encuentro de alcaldes vinculados al Adelantado de la Florida que se ha venido celebrando esta semana en Avilés: el cierre del quinto aniversario del nacimiento del conquistador, capitán general, ingeniero naval y un montón de cosas más.
Si Monteserín hospedó a sus colegas estos días, Tracy Upchurch representó el papel de invitado de honor de la fiesta. El alcalde de San Agustín, la ciudad que fundó el navegante avilesino, la primera de los actuales Estados Unidos, se mostró tan afectuoso con sus otros colegas que, con su pajarita profesoral y con la ayuda de Ignacio Martínez, el regente del Ayuntamiento de Avilés, antes de intervenir (en inglés), colocó tres botellas en el atril y tomó la palabra. "John Regan, el director de la ciudad, y yo, cuando preparamos este viaje a Avilés, pensamos bien qué regalos traer a este encuentro de alcaldes vinculados a Adelantado de la Florida", comenzó. Y siguió explicando que las tres botellas procedían de una destilería recién abierta en su término municipal, "un proyecto emprendedor que ha restaurado una fábrica abandonada y que ha empezado a producir este tipo de botellas". Y las botellas que tenía a mano eran dos de ginebra y la tercera, de bourbon ajerezado. "Tengo entendido que vosotros bebéis de vez en cuando ginebra", apuntó con la botella blanca en dirección a la silla que ocupaba Jaume Gomila, que es técnico de cultura del Consell de Menorca, otra de las instituciones sumadas a la fiesta de Menéndez. Y ahí saltaron las primeras carcajadas.
La hermandad de las ciudades Adelantadas se desarrolló ayer, en el salón de recepciones del Ayuntamiento de Avilés, con el aplauso y el reconocimiento mutuos. Y todo esto regado de abrazos distentidos.
Mariví Monteserín, como anfitriona, fue la encargada de poner los deberes que los alcaldes navegantes habían de realizar: "Llevar la figura de Menéndez a los que lo tienen que recordar en el futuro", subrayó. Y esta idea la hizo suya Tomás Lorenzo, el alcalde de Santa Cruz de la Zarza, una villa manchega, en la provincia de Toledo, que Pedro Menéndez dirigió por orden de Felipe II. Hacia allí va la exposición dedicada al marino y que estuvo rodando por los colegios avilesinos. "Pedro Menéndez es nuestro comendador", recalcó Lorenzo. Héctor Pons, el alcalde de Mahón, fue más allá en este abrazo municipal: "Tenemos vínculos económicos, sociales, ambientales que reproducir", destacó. Pons, el responsable de la ciudad "cuñada" de Avilés, reconoció los vínculos que nacieron esta semana. Hubo más regalos (el catálogo de la exposición "El señor de la mar") y hubo referencias al encuentro de todos ellos en la noche del viernes.
Los alcaldes hermanos marcharon después por la calle de la Ferrería en dirección al parque del Muelle. Allí, al pie de la escultura de Pedro Menéndez -hay una reproducción igual en San Agustín, que es una ciudad que tiene un instituto de enseñanza media que se llama como el navegante y al que fueron los hijos de Upchurch y de Regan- les aguardaban una representación de la Asociación Lepanto de Veteranos de la Armada, y también los componentes del colectivo Aunando Fronteras, ataviados al modo de hace siglos y que por la noche animaron una cena para navegantes.
Dos componentes de la Lepanto llevaron la corona que Upchurch y Monteserín colocaron en el pedestal de la escultura del parque del Muelle. Luego fue cuando llegaron los himnos nacionales: el de Estados Unidos y el de España. Los dos a cargo de la Banda de Música de Avilés.
"Pedro Menéndez contempló una civilización donde otros veían meras tierras de conquista. Este es un hecho diferencial sobre el que debemos incidir porque va implícito en su trayectoria vital", resumió la alcaldesa de Avilés saltando de foto en foto.
