Las cosas en Llaranes andan calientes y eso que ayer tarde se notaba fresco al final del desfile de la cofradía de la Sardina Arenque, la que se encarga de encender el Antroxu avilesino de toda la vida, "desde hace treinta años", apuntó Ángel García Bartolomé, el encargado de dirigir la primera fiesta carnavalera.
La celebración carnavalera comenzó a las 19.00 horas en el barrio -media hora después que en el resto del país y que en el programa de mano-. García Bartolomé, subido en el escenario de la plaza Mayor, no se mordió la lengua al reivindicar el antiguo Club Popular de Cultura de Llaranes. "Por primera vez en la historia de esta cofradía concedemos a su última junta directiva, con el listu de su presidente a la cabeza, la 'Sardina arenque natural podre'. Que la disfruten todos ellos". Sobre la marquesina traslada también hubo palabras mayores: "La seguimos vendiendo: soleada, buenas vistas, todo exterior, preguntar al listo de siempre", al que no destacaron por el nombre propio.
En el balance del año, el Sardino Mayor, que heredó el puesto del legendario José Ángel del Río, expresidente del Club Popular -ayer, en plena calle, "al natural" y con una sonrisa cuando se encontró con la parada de la cofradía de siempre: tres décadas en la cresta de la ola-. García Bartolomé resumió las cosas que sucedieron el año pasado en el barrio: la más importante, el final de las baterías. "Dejó de echar humo con tristeza para muchos y alegría para otros y con ello la villa. Seguimos sin saber el plan que tienen para fomentar que las empresas vengan a esos terrenos", apuntó el portavoz de la hermandad carnavalera, poco antes de que la asociación de Amas de Casa del barrio hubieran terminado el cocido con callos que permite al personal entrar en más calor.
Los sujetos que tenían que procesionar por las calles del barrio se dieron cita en la cafetería Fergon's: la fanfarria "El Felechu" y la charanga "Ceda el paso". Estos detuvieron la marcha en el paso de cebra del cruce del Martinete con La Toba. Mientras, el carro tirado por un caballo de Luis Ondina se mantenía aún retrasado.
En el carro viajaba la princesa del Goxu y la Faba, Sonia Miranda. Y, en el medio, exreyes anteriores: la cofradía del Santo Entierro, que recibió una "Sardina arenque natural" (sin estar podre) y especial. "Por la pingadura del año pasado", señaló García Bartolomé. En aquel Miércoles de Ceniza cayó la del pulpo. "Pero en Llaranes más que cuando llegamos a Sabugo", recordó Teo Siñeriz, otro veterano antroxero, mucho, pero no tanto como Lucas Dorado, el Charlot del "Felechu" o su compañero José María Herrero "Herrerín", tan marcial como acostumbra desde hace ni se sabe. Pasadobles, antorchas y aplausos desde la ventanas. Y, al final, fuegos artificiales.
