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La proximidad del bocarte a Peñas anima la actividad comercial de la rula avilesina

Tras el "aperitivo" del martes, la lonja despachó ayer 200 toneladas de pescado y en el muelle llegó a haber amarrados veinte barcos a la vez

Barcos atracados de proa en el muelle pesquero ayer de tarde.

Dicen los entendidos en temas pesqueros que cuando en un muelle atracan los barcos de proa -lo habitual es hacerlo de costado- es señal de que la pesca ha sido muy generosa o de que el puerto se queda pequeño para el tamaño de la flota. Ambas cosas se daban ayer por ciertas en la rula de Avilés, cuyo muelle registró una estampa tan positiva como inusual: barcos de cerco, decenas de ellos, atracando de proa para descargar miles y miles de cajas llenas de bocarte, el fruto de una buena jornada en la mar. Según fuentes de la lonja pesquera, se superaron las 200 toneladas descargadas y el valor medio de venta del popular pescado azul fue de 1,70 euros.

La rula avilesina logró, al fin, marcarse una jornada de bocartada, que es como la gente del mar llama a los días en los que los barcos llegan a tierra con las bodegas hasta los topes de bocartes. Ya el martes hubo descarga y venta de esta especie -53.000 kilos que habían pescado trece barcos-, pero nada comparable a lo de ayer, a lo sumo un aperitivo. El gerente de la instalación, Ramón Álvarez, no ocultaba su satisfacción: "En estos días que todo son penurias, es muy estimulante ver el muelle pesquero hirviendo de actividad, lleno de barcos y de marineros".

La rula asturiana que hasta el momento había tenido el monopolio de las descargas de bocarte es la de Gijón, que aún ayer siguió recibiendo barcos y logrando buenos registros de venta. Pero el esfuerzo comercial comienza a ser compartido con Avilés, porque los bancos de bocarte se van desplazando hacia el oeste y eso favorece a la rula avilesina por su mayor cercanía a los puntos de captura.

La costera del bocarte comenzó a finales de abril en aguas vascas del Golfo de Vizcaya, prosiguió en la costa de Cantabria y finalizará en Asturias; la confianza de la rula de Avilés es que aún dure una semana al menos para captar las capturas de última hora y así compensar la caída de venta de otras especies.

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