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La lonja gijonesa toma el relevo como plataforma de descarga de bocartes

El descanso obligado que se tomó durante el fin de semana la flota cantábrica que desde hace tres semanas está concentrada en la costa asturiana atraída por las buenas capturas de bocarte ha truncado la racha de "bocartadas" que animó la actividad comercial de la rula de Avilés entre el martes y el viernes de la pasada semana. Ayer fue una jornada en blanco, aunque hay esperanzas de volver a ver bocarte en el muelle pesquero local conforme avancen los días.

La lonja asturiana que tomó ayer el relevo a la avilesina en lo que a comercialización de bocarte se refiere fue Gijón, y la razón de este cambio en las preferencias comerciales de los armadores es meramente logística: la mayor cercanía del muelle gijonés del Rendiello a la zona donde ayer se avistaron los mayores bancos de bocartes: a unas siete millas náuticas al norte de Villaviciosa.

Sea en Gijón o en Avilés donde los pescadores venden las capturas, mayo está siendo un mes provechoso para la pesquería del bocarte en aguas de la región. Desde que la flota -integrada por unidades vascas, cántabras, gallegas y asturianas- arribó a aguas costeras de l Principado ya se han descargado más de dos millones de kilos de la especie, casi 800.000 en la lonja avilesina. La mayoría de esas capturas ha sido comprada por industrias conserveras, siendo la utilidad principal del producto la fabricación de anchoas. El precio medio que se viene pagando por el bocarte es de 1,20 euros.

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