M. M.

Victorino Díaz Alonso, fundador del taller de mecanizados Difer, murió ayer en Avilés cuando le faltaban apenas diez días para cumplir 87 años. Sus allegados le recordaban como un hombre "muy trabajador". Díaz empezó su carrera laboral en Cristalería y allá por 1973 inició su aventura empresarial en un pequeño bajo comercial en Raíces (Castrillón) sin dejar su puesto en la cristalera. Dio forma entonces a Difer -suma del apellido del empresario y de su ahora viuda, Áurea Fernández y dos años después trasladó su negocio a su emplazamiento actual, en Conde de Guadalhorce. "Se formó a base de trabajo y de viajes. Fue un luchador incansable. En Difer no había sábados ni domingos", explicó uno de sus trabajadores con los que compartió 45 años de carrera.

A día de hoy, la empresa Difer la dirige el hijo de Victorino Díaz, Víctor Julio Díaz y uno de sus nietos, Jaime. La familia se ganó el cariño y el respeto en el sector industrial asturiano. "Hasta el último momento estuvo visitando la fábrica, siempre estaba al pie del cañón".

El cadáver de Victorino será recibido esta tarde (17.00 horas) en la iglesia parroquial de San Nicolás de Bari, donde se celebrará el funeral de cuerpo presente. Acto seguido recibirá sepultura en el cementerio parroquial de San Cristóbal de Entreviñas. La capilla ardiente está en la sala número 1 del tanatorio de Avilés, en El Montán.