Llueve sobre mojado en el centro de atención a menores extranjeros no acompañados de Miranda, un servicio que se estrenó hace poco menos de un año en el antiguo edificio de Proyecto Hombre del Alfaraz y que se ha convertido en una aparente caja de problemas: el pasado mes de marzo, los quince trabajadores del centro advirtieron a Inspección de Trabajo y a Bienestar Social de las "peligrosas jornadas" que cumplían, sin que la dirección del centro, gestionado por Fundación Diagrama, mediara, a su modo de ver, en el problema. Ahora son los usuarios los que, a través de un comunicado emitido por las asociaciones del tercer sector, han advertido de que están sufriendo "chantajes, amenazas y actitudes racistas" por parte de la dirección del centro. Ponen un ejemplo: "Lo que consideramos más grave de toda esta situación es un 'pantallazo' que nos han mostrado de una conversación en el grupo de WhatsApp de los trabajadores del centro, en el que la propia directora de Villa Ana calificaba a los menores residentes en el centro como 'moros de mierda', unas palabras con un marcado carácter racista y de desprecio a los propios menores que allí residen", indican desde colectivos del tercer sector, que apuntan la existencia de grabaciones posteriores a estas palabras "en las que se mantiene el trato despectivo hacia los menores".
Dicha Fundación Diagrama cesó el pasado 1 de julio y "de forma inmediata" a la directora del centro "Villa Ana" y, según ha podido saber este diario, ha abierto una investigación interna para esclarecer los hechos que critican los usuarios. De dicha investigación se informará a la Consejería de Bienestar Social, de quien depende en última instancia el centro "Villa Ana" del Alfaraz. Desde el tercer sector están sopesando a su vez presentar una denuncia.
"Nos han mostrado varias grabaciones de vídeo, audios y pantallazos como prueba de lo que dicen y no se atreven a comunicar a su Fundación debido a las amenazas que han recibido de expulsión del centro así como de retirada de su documentación personal o de no tramitársela", explican desde el tercer sector. Subrayan en el mismo comunicado que algunos usuarios del "Villa Ana", todos menores de edad, "se han visto obligados a firmar una carta de apoyo al centro y al trabajo de la directora" y que un supuesto educador "les ha llegado a ofrecer 50 euros si revelaban de dónde habían obtenido el 'pantallazo' en el que la directora de la Fundación calificaba a los chicos como 'moros de mierda'".
