El covid-19 frustró la celebración a bombo y platillo de Santa Ana, pero los sabugueros no renunciaron ayer a honrar , como cada 26 de julio, a la patrona de los abuelos. La misa solemne se celebró en el templo de Santo Tomás de Cantorbery -en vez de en la iglesia vieja de la plaza del Carbayo- para asegurar la distancia de seguridad entre los fieles, y las terrazas del barrio marinero bulleron a la hora del vermú. Hubo hasta música de ambiente, pero sin baile.

Tres días se prolongaron el año pasado los festejos que impulsa la asociación "Savia Nueva". Hubo actividades infantiles, actuaciones, una "movida" prohibida en este verano de pandemia. El colectivo no puso a la venta ni repartió ayer entre sus socios y colaboradores las "santaninas", pero compensó la falta con la distribución de mascarillas con motivos marineros.