El grupo industrial asturiano Aleastur pondrá en marcha en 2021 su primera fábrica en el extranjero, en Baréin. La construcción de la planta, gemela a la del polígono gozoniego de Maqua, comenzó a finales de 2019 y sigue adelante pese a los impedimentos que ha supuesto la pandemia de coronavirus. El plan de construcción y puesta en marcha está afectado por el covid-19, no es sencillo mantener los ritmos de trabajo, pero desde la compañía asturiana confían en seguir cumpliendo los plazos y poner en marcha su primera fábrica en el extranjero en el segundo semestre del año que viene.
Como adelantó LA NUEVA ESPAÑA, los planes iniciales de la compañía pasaban por activar la factoría del Golfo Pérsico en 2019 dada la saturación de las líneas de la planta asturiana y a los altos niveles de producción, pero las mejoras introducidas en los procesos de las instalaciones de Maqua permitieron mejorar la productividad y llevaron a Aleastur a retrasar el proyecto de Baréin, ahora en marcha.
La nueva fábrica tendrá como principal cometido expandir la capacidad productiva de las aleaciones que salen de Asturias (cuando esté a pleno rendimiento, en un horizonte de cinco años, llegará a duplicarla) y enriquecer el porfolio de productos.
La compañía está especializada en la producción de los refinadores de grano y aleaciones de la industria del aluminio. La clave de su producto pasa por afinar el tamaño de grano de la mezcla de metales mediante aditivos que producen un cambio en la estructura del material. Esto permite que la aleación consiga mejoras mecánicas a la vez que una mayor dureza. El papel de aluminio, las tapas de algunos yogures y prácticamente todos los embalajes contienen alguna de sus aleaciones, que desde hace años se enfocan también a otros campos, como la automoción y el sector aeroespacial.
La fábrica de Baréin permitirá además a Aleastur, que exporta el 90% de su producción, diversificar la producción desde el punto de vista geográfico. "Alimentar a ochenta países desde Asturias puede resultar ineficiente o poco competitivo en ocasiones. El covid ha reflejado el gran riesgo de la concentración por las cadenas de suministro , los flujos de transporte, las políticas arancelarias... Servir a un mercado global desde un único punto de la geografía es una desventaja", explica Sergio Martínez, consejero delegado de Aleastur.
