La sociedad que gestiona los vestigios de la antigua Ensidesa, Sepides, ha recibido tres ofertas para llevar a cabo los trabajos de desmantelamiento de las baterías de coque de Avilés, la última instalación de Ensidesa en suelo avilesino que cesó su actividad. El plazo de entrega de proposiciones técnicas y económicas para hacerse cargo del desmontaje y achatarramiento de la coquería había quedado cerrado el pasado día 1 y tras esperar los días de rigor por si llegaba alguna oferta enviada por correo certificado dentro del plazo, finalmente son tres las candidatas. De esa terna, una empresa concurre en solitario y las otra dos ofertas vienen suscritas por uniones temporales de empresas. Los nombres de las compañías no se han hecho públicos.
El presupuesto base de licitación ha sido fijado en 18,9 millones de euros y el valor estimado de la enajenación de materiales y residuos que se obtendrán en el proceso de desmantelamiento alcanza los 8,6 millones. En principio, las ofertas se iban a poder presentar hasta las 14.00 horas del 20 de octubre en la sede de la administradora estatal del Parque Empresarial “Principado de Asturias” (PEPA), en Madrid, pero tal fecha se amplió por las especiales circunstancias a que ha dado lugar la epidemia de coronavirus.
El trabajo que ahora afrontan los técnicos de Sepides consiste en ir abriendo las proposiciones técnicas y económicas de las aspirantes a achatarrar las baterías de coque de Avilés para puntuar cada una de ellas y seleccionar la más competente y ventajosa. Las previsiones de Sepides pasan porque el nombre de la empresa seleccionada se conozca en enero, que la firma del contrato se haga pocos días después y que los trabajos comiencen en el primer trimestre del próximo año. El plazo total que estipula Sepides para desmantelar las viejas instalaciones de la coquería es de 18 meses, por lo que la instalación siderúrgica debería ser historia en el otoño de 2022.
Elementos a conservar
Por otra parte, desde Sepides aseguran que siguen adelante las conversaciones con el Ayuntamiento de Avilés para definir el uso futuro que dar al gasómetro que quedará en pie. Antonio Cervera, el presidente de Sepides, anunció el indulto del gasómetro en las páginas de LA NUEVA ESPAÑA el pasado junio, justo antes de que el Ayuntamiento de Avilés celebrara un Pleno a instancias de Cambia y el Partido Popular en el que los grupos principales de la oposición reclamaron al gobierno local información sobre el desarrollo del proyecto de ampliación del polígono industrial de la ría.
Otras edificaciones de las baterías sobre las que se conciben esperanzas de continuidad son los almacenes generales y la subestación de reservas; esta última se ubica dentro de los terrenos que sigue explotando Industria Química del Nalón (IQN) en la parcela que se llamará PEPA 2 y los almacenes generales suscitan el interés de la Cámara de Comercio de Avilés para desarrollar un proyecto de innovación relacionado con la “economía circular” (una estrategia que tiene por objetivo reducir tanto la entrada de materiales vírgenes a los procesos industriales como la producción de desechos).
En otro orden de cosas, fuentes de Sepides han manifestado a este diario que, tal y como anunció en un pasado Pleno el concejal socialista Manuel Campa, la documentación obrante en las oficinas de las baterías de coque con valor histórico ha sido embalada y preparada para su envío al Archivo Histórico de Asturias, donde debería juntarse con la recopilada en la anterior fase de desmantelamiento de instalaciones de Ensidesa. El traslado de ese material, al parecer, está pendiente de cuestiones logísticas.
