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La campaña de Reyes Magos da “un poco de aire” a los comerciantes

La lluvia deslució el domingo de puertas abiertas en la ciudad, pero los centros comerciales se llenaron de clientes para las últimas compras

Dos mujeres cargadas con bolsas, ayer, en la calle de la Cámara de Avilés. | Mara Villamuza

Los Reyes Magos parecen que traen en las alforjas de sus camellos “un poco de aire” para los comerciantes de la comarca, que ayer domingo vivieron una jornada de puertas abiertas que si no estuvo del todo bien fue por el mal tiempo que se cernió por la comarca. “El agua lo acorta todo porque si hace frío, sales, pero si llueve...”, se lamentó la avilesina Pilar Paneque.

Ignacio Galán reconoció que las compras de ayer “se retrasaron”. La ciudad no empezó a cobrar forma de centro de compras hasta pasado el mediodía. “Pero no estuvo mal”, reconoció.

La lluvia y el frío no fueron impedimento, sin embargo, para las compras en el centro comercial Parque Astur, en Trasona. Ellos fueron los últimos en poder abrir porque sus locales tienen más de 300 metros cuadrados de superficie. A lo largo de toda la jornada se vieron a muchos clientes recorrer los pasillos y los negocios con mascarilla como elemento tan principal para la transacción como la cartera o la tarjeta de crédito.

Clientes en Parque Astur, ayer, domingo. | Mara Villamuza

Señalan desde el centro comercial que estos días previos a la fiesta de Reyes Magos han sido los que han contribuido a salvar un poco un otoño nefasto (fueron cuarenta días de cierre que tendrían que haberse repuesto antes de fin de año, pero lo están haciendo después).

Ignacio Galán sostiene que la pandemia ha hecho que se cambien las costumbres de los clientes de su negocio: “Son menos que el año pasado, de eso no hay duda, pero los que entran ahora, compran sin pensarlo”, señaló. Y es que los clientes huyen de aglomeraciones. “Las compras son más seguras: quiero tal cosa, se la das y ya te marchas”, añadió.

Pilar Paneque asegura que la Navidad “ha sido más bien floja”. Los aforos se han reducido, el uso del gel hidroalcóholico ha sido general. Ha observado estos días que los clientes que cruzan el dintel de la puerta de su tienda “llevan menos en el bolsillo”, que la cosa anda floja, que son muchos los ERTEs. Galán, sin embargo, cree que, pese a todo, “la gente quiere salir a la calle” y, aunque lo hagan con cuidado, la ciudad cobra poco a poco el sentido que tuvo en un pasado cercano.

La venta de los últimos Reyes sigue estos días próximos. La Navidad más atípica hace por salir del agujero en el que la ha metido el coronavirus y las restricciones posteriores.

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