Las asambleas de trabajadores de la fábrica avilesina de Saint-Gobain celebradas ayer en formato telemático y con alta asistencia para lo que suele ser habitual ratificaron la propuesta de huelga que les trasladó el comité de trabajadores “ante la decisión intolerable, incomprensible y agresiva de la empresa de trasladar a una trabajadora a un centro de trabajo lejano (Zaragoza), que de facto se convierte en un despido encubierto y una persecución laboral inadmisible, contraviniendo lo recogido en el convenio colectivo y en la sentencia de despido nulo que obliga a su readmisión en Avilés”.

Las medidas de presión acordadas por el comité consisten, entre otras, en la realización de una huelga de dos días a la semana durante las dos últimas semanas de febrero, y de tres días en la semana que empieza el 1 de marzo, todas ellas de ocho horas por turno, hasta la resolución satisfactoria del conflicto.

Según fuentes sindicales, en las asambleas “se puso de manifiesto el hartazgo de actitudes y estrategias despóticas de directivos que directamente nos llevan a tiempos pasados y que atentan contra los más elementales derechos de los trabajadores, contra su dignidad y contra el respeto como personas que somos”. En el caso que motiva los paros, una trabajadora pleiteó contra su despido, que se resolvió como nulo. En principio, la empresa comunicó a la afectada su reincorporación al centro de trabajo de Avilés, pero días más tarde le notificó que era trasladada a la planta de la Almunia de Doña Godina, en la provincia de Zaragoza.

A juicio de los miembros del comité, “la multinacional simula practicar el buenismo corporativo y suscribir compromisos grandilocuentes, construir relatos falsos sobre la preocupación de la empresa por los derechos humanos, cuando en realidad no cambia sus denostadas prácticas empresariales contra su propia plantilla, propagando mentiras y engañando a la sociedad. Ese empeño metódico de Saint-Gobain Cristalería en generar conflictos y soliviantar a los trabajadores roza lo patológico”.

Como telón de fondo al conflicto suscitado por el pretendido traslado a Aragón de la trabajadora previamente despedida está desplegado al malestar generado por el reciente anuncio de la empresa de realizar un ERTE que afectaría a la plantilla de Sekurit (la división que produce parabrisas). A juicio de los sindicatos, Saint-Gobain “ha generado artificiosamente las condiciones que vendrían a justificar ese ajuste laboral”.