La empresa Alu Ibérica (la antigua Alcoa) ha superado su récord de inactividad. Según señalaron los trabajadores de la compañía, ayer a las seis de la mañana no había chatarra que fundir, pero tampoco materia prima (la placa “prime”, es decir, el aluminio puro que sirve para dar entidad a las coladas). “No había nada de nada”, sentenciaron desde dentro de la fábrica. Así que, ayer, a esa hora, los trabajadores tuvieron que cruzarse de brazos. “Hasta que a media mañana entró en las instalaciones un camión de ‘prime’”, añadieron esas mismas fuentes.

La placa es aluminio de pureza absoluta y sirve para reciclar la chatarra sucia que se funde en los hornos. El camión que entró lo hizo con 25 toneladas de esta materia prima. “Pero como no tenemos chatarra, la colada que hicimos tiene un precio elevadísimo”, explicaron. Y es que los clientes reclaman sus tochos de aluminio en función de una determinada aleación. “Si por la madrugada paramos del todo, por la mañana hicimos una colada, pero pura. Algo inédito”, se lamentaron.

La situación en la empresa desde el 4 de marzo (entonces la Policía Nacional detuvo a sus principales accionistas, es decir, a Víctor Rubén Domenech y Alexandra Camacho) es de descabezamiento absoluto. Más si cabe desde que Carlos Núñez Zorrilla presentó su dimisión (el 19 de marzo). El ejemplo de esto se materializó ayer en las oficinas ovetenses del Servicio Asturiano de Solución Extrajudicial de Conflictos (Sasec).

La cita de ayer era por una reclamación de los trabajadores (Alu Ibérica no había pagado el plan de pensiones a sus trabajadores). Lo que sorprendió a los representantes sindicales es que “no se presentó nadie por la empresa”. Acostumbra a hacerlo el mismo abogado. En paralelo, el despacho de abogados Ackermann & Schwartz (vinculado a la entidad comercial Grupo Riesgo) busca ingenieros para Avilés. El comité de empresa denunció la marcha de la planta de “mucho personal de perfil técnico”.