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Salud vacunará de modo preferente a los pescadores por sus condiciones de trabajo

Los tripulantes de los dos barcos que zarpan el lunes para ir al bonito recibirieron ayer el suero y el resto del colectivo irá siendo llamado

Los tripulantes del “Esmeralda Tercero”, ayer, tras haberse puesto la vacuna contra el covid; en el centro, el presidente de la Federación de Cofradías de Pescadores de Asturias, Adolfo García Méndez.

“Aparte de darnos la tranquilidad de estar protegidos contra el covid, es reconfortante ver que se nos tiene en la debida consideración”. Con estas palabras ha descrito su estado de ánimo –que es el sentir general del colectivo– el presidente de la federación regional de cofradías pesqueras del Principado, Adolfo García Méndez, tras iniciarse el proceso de vacunación de los pescadores asturianos. Salud ha accedido finalmente a la petición del sector, avalada por diversas instituciones y estamentos públicos, y pondrá la vacuna del covid de forma preferente a estos profesionales de la mar en consideración a las especiales condiciones en las que trabajan.

Los primeros en “poner el brazo” fueron, hoy, los doce tripulantes de los barcos “Berriz Amatxo” y “Esmeralda Tercero”, propiedad de los hermanos de Oviñana (Cudillero) Fidel e Iván Álvarez Garaot, que habitualmente venden sus capturas en la rula de Avilés. “Estamos muy contentos y agradecidos por habernos vacunado; todo han sido facilidades y el trato del personal sanitario no pudo ser más amable”, ha expresado Fidel Álvarez Garaot.

La elección de estos pescadores para iniciar el proceso de inmunización del sector en Asturias no fue casual: el “Esmeralda Tercero” y el “Berriz Amatxo” zarparán el próximo lunes desde Avilés con rumbo a aguas próximas a las islas Azores en busca de los primeros bonitos del año. Sus tripulantes son, por tanto, un claro exponente de las razones que pusieron sobre la mesa las cofradías pesqueras para convencer a la autoridad sanitaria de la conveniencia de la vacunación: forman burbujas profesionales, trabajan en un espacio confinado (un barco) y distante de los puntos de atención médica en caso de emergencia sanitaria y las escalas que hacen en tierra son a veces tan breves que resultaría complicado encajar sus agendas marinas y una hipotética convocatoria para ponerse la vacuna cuando les toque por edad.

En el caso de los tripulantes de la avanzadilla asturiana de la flota del bonito, se les citará para poner la segunda dosis de la vacuna dentro de 28 días: “El personal sanitaria ha sido sensible a nuestro peculiar régimen de trabajo y nos dio máximas facilidades para hacer coincidir la segunda dosis de la vacuna con una próxima escala que hagamos en tierra durante la costera del bonito”.

Además de los marineros referidos, hoy se vacunaron en el Hospital Central de Asturias otros cuarenta pescadores pertenecientes a cofradías del Occidente de Asturias. El resto del colectivo irá siendo llamado de forma escalonada en próximos días. Adolfo García Méndez hizo acto de presencia en el puesto de vacunación para dejar constancia de la gratitud del sector por el inicio de la inmunización de los pescadores y para animar a todos los profesionales del sector a “pincharse”: “Es lo más seguro; una vez vacunados nos quitaremos una preocupación de encima”.

En el capítulo de agradecimientos del presidente de la federación de cofradías quedan incluidas la dirección general de Pesca del Principado, la delegación del Gobierno en Asturias, el Instituto Social de la Marina y la Consejería de Salud del Principado: “Ha costado, pero al final todo han puesto de su parte para que las vacunas puedas llegar a los pescadores. Es de agradecer”. García Méndez, no obstante, redobla su apuesta: “Ahora lo que queremos conseguir es que se vacune también al personal de las rulas, que fueron tan esenciales como los pescadores en los días del confinamiento domiciliario. De lograrlo cerraríamos un gran círculo de seguridad sanitaria en el ámbito de la logística del pescado”.

Fidel Álvarez Garaot defendió el carácter “esencial” de su profesión y consideró “de justicia” ser tratados de forma preferente en la vacunación “tras haber dado la cara sin lamento alguno cuando en pleno estallido de la pandemia seguimos pescando para alimentar a un país”.

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