Es un hecho. La pandemia ha sacudido al Sistema de Salud desde muchos frentes. Si los momentos más críticos de la crisis sanitaria por coronavirus, los hospitales han tenido que reinventarse y crear salas covid y unidades de cuidados intensivos donde no las había, esa misma emergencia ha obligado a suspender un gran número de visitas al especialista o de intervenciones quirúrgicas no urgentes, que se han pospuesto a lo largo de estos meses.
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El resultado de esa realidad se traduce en que, en el área sanitaria avilesina, sin pacientes con esperas de más de seis meses para una intervención quirúrgica en febrero del año pasado, ahora han pasado a sumar una lista de 437 personas. Igualmente, los usuarios con esperas de entre tres y meses para una operación eran 723 antes de la pandemia y ahora ha subido a 914. No obstante, el grupo con demoras de hasta tres meses ha visto reducir sus cifras: de 1.766 personas en febrero de 2020, a 1.294 el pasado abril.
Por especialidades, Traumatología acumula tres de cada diez casos con demoras de más de 180 días. Es, junto a Cirugía General y Digestiva, la que acumula el mayor número de pacientes en espera para una intervención: 138 y 198, respectivamente. Las otras tres especialidades con más de 180 días de espera son Oftalmología y Urología, aunque en cifras sensiblemente más bajas, con 33 y 29 usuarios en cada una de ellas.
La tregua de la pandemia animó en marzo a impulsar la actividad quirúrgica. La situación de las UCI permitía entonces incrementar las intervenciones, con los cirujanos motivados a operar más. No ha sido suficiente, habida cuenta de las cifras acumuladas durante los peores meses de la crisis del covid, cuando se paró la actividad asistencial no urgente. En el caso del San Agustín ha supuesto un incremento del 437% en las esperas de más de medio año para operarse.