Tragedia en el mar. Dos de los diez tripulantes del cerquero “Sempre Güeto”, con base en Portosín (La Coruña), fallecieron tras volcar la embarcación y quedar con la quilla al sol a unas dos millas de la costa coruñesa de San Andrés de Teixido, junto a Cedeira. Los marineros gallegos regresaban a casa tras pasar varios días pescando jurel (o chicharro) al oriente del Cabo Peñas y haber descargado la pesca en la rula de Gijón. El colectivo asturiano del cerco telefoneó a la Cofradía de Portosín para expresar su pésame y solidaridad con las familias.

El naufragio se produjo en torno a las dos de la tarde. Todo indica que la embarcación sufrió un golpe de mar que le hizo volcar. Ocho de los marineros fueron rescatados por el “Argote Dos” y un noveno por el “Siempre Urbegui”. Este marinero, Francisco Betanzos, de 48 años, fue evacuado por el Helimer 402 al Complejo Hospitalario Universitario de La Coruña (CHUAC), donde falleció. Tras varias horas de búsqueda, la embarcación “Pasa Aquí” hallaba el cadáver del décimo tripulante, un marroquí de 45 años, y lo trasladaba a Cedeira.

La ruta efectuada por el barco naufragado MarineTraffic

Betanzos, de 48 años y vecino de Porto do Son, era marinero de toda la vida y tenía un hijo. El marroquí, de nombre Aníbal, afincado también en Porto do Son, “era muy querido y trabajador”, y se había traído recientemente a su familia, según el patrón mayor de Portosín, Isaac Gaciño, quien expresó “su consternación” y aseguró que era “un golpe muy duro” e “inesperado”. El “Sempre Güeto” volvía a Galicia para participar en la campaña de la sardina, que en la región vecina suele realizarse hasta la noche de San Juan, donde es tradición cenar este pescado. Durante su regreso, los pescadores se encontraron con mal tiempo: olas de dos y tres meses, viento del Noroeste con fuerza seis y mar de fondo del Noroeste de unos tres metros.