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El Cantábrico entrega su cosecha de ocle

El arranque del fondo marino de la apreciada alga gelidium, su izado a bordo de los barcos y el transporte a puerto movilizan en Asturias 28 embarcaciones durante el verano

Ocle, el oro del mar

Ocle, el oro del mar Ricardo Solís

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Ocle, el oro del mar Carla Menéndez

“La peor parte del trabajo se la llevan los buzos, aunque no es fácil la de nadie”, explica José Manuel Artime, trabajador en el sector de la recogida de algas desde hace más de treinta años. A bordo de los barcos que se dedican a esta actividad van un patrón, un marinero y tres buzos profesionales, que son los encargados de cortar las algas dejando un trozo de unos tres o cuatro centímetros, lo cual garantiza que puedan crecer sin problemas de nuevo.

Esta forma de recogida se denomina “arranque” y solo puede realizarse en los meses de julio a septiembre, con unos cupos establecidos por la administración pesquera del Principado de Asturias. Una vez cortadas, las algas –del género gelidium– se meten en unas redes especiales y la grúa del barco las sube a la cubierta. “El barco sale del puerto a las siete y media de la mañana y se trabaja durante cinco horas, aunque sumando el tiempo que dura la navegación, se llega a las seis o siete horas en el mar”, continúa explicando Artime.

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Recogida de ocle en Gozón. Ricardo Solís

El barco “Endeño 2” cargó ayer una cantidad de alga gelidium próxima a los 4.000 kilos –peso en mojado–, una cifra que se verá rebajada cuando se trasladen las algas a los campos de secado. Una vez se consigue una cantidad importante de producto seco, se carga en camiones para su distribución a las industrias que la solicitan.

Y es que este tipo concreto de algas, en Asturias conocida popularmente como ocle, es demanda en sectores de lo más variopinto: microbiología (como medio de cultivo), medicina (para terapias genéticas), farmacología (fabricación de insulina o purificación de vacunas), alimentación (espesante y gelificante) y cosmética.

Cuando el ocle se recoge mediante la técnica de arribazón, método que consiste en recoger de la orilla de la playa las algas arrastradas por las mareas, no existen cupos de recolección pero al mezclarse con otras especies disminuye su pureza y, en este caso, se emplean fundamentalmente para usos gastronómicos.

Mario Benites ayuda al buzo. Ricardo Solís

José Manuel Artime apunta que en los últimos años algunos grupos ecologistas se están posicionando en contra del arranque de algas, con el argumento de que el uso de esa técnica no asegura su regeneración. “Yo, que también trabajé como buzo durante muchos años, recorrí toda la costa asturiana y en las zonas donde arrancamos algas han vuelto a crecer; sigue habiendo las mismas”, asegura.

Además, la técnica de arranque está regulada y controlada por la Consejería de Medio Rural, que en esta campaña ha autorizado a solo 28 barcos para la extracción de algas, además de fijar las fechas y los cupos máximos que pueden extraerse. “Durante el verano salimos a faenar de lunes a viernes para recoger ocle, siempre que las condiciones del mar lo permiten. Cuando acaba la temporada y llegan las mareas fuertes, a partir de octubre, usamos la técnica de arribazón”, comenta Artime.

Mario Benites arrastra una bola de algas por la cubierta del barco “Endeño 2”. R. Solís

“No siempre se descarga lo recogido en el mismo puerto, se lleva al que esté más cercano a la zona de recogida. Y siempre avisamos el día antes de nuestra intención de descargar”, detalla sobre la finalización de la jornada. Al atracar, estarán esperando en el puerto tractores con remolques para llevar el ocle a los campos de secado.

El año pasado, en la zona que abarca desde cabo Peñas hasta la ría de Villaviciosa se consiguieron dos millones de toneladas y se prevé que este año se alcancen cifras similares. Estudios cartográficos realizados por las instituciones pertinentes aseguran que las praderas de gelidium recuperan su frondosidad de un año para otro, hecho que asegura también que la tripulación del “Endeño 2” pueda continuar faenando.

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