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Faustino Fernández, “Pichi”, en su puesto de artesanía en la plaza Carmen y Severo Ochoa, de Luarca.

Las joyas de “Pichi” no encuentran puesto fijo

El mercado local “debería diferenciarse” y dar prioridad a los profesionales del concejo, señalan los artesanos itinerantes

Faustino Fernández, más conocido como “Pichi”, nació en París y vivió allí hasta los 12 años que se trasladó a Asturias. Vive en Salinas y allí dedica todo su tiempo a la creación de joyas en su taller. Su idea de estudiar Psicología y Pedagogía se truncó en un accidente de tráfico. Desde entonces, decidió volcarse como artesano de joyas.

El parón de la pandemia no se lo ha puesto fácil pero el Ayuntamiento de Castrillón tampoco, señala. El proceso de asignación de puestos se realiza por sorteo y sin ninguna preferencia a los artesanos de toda la vida del concejo, advierte. Esto ha hecho que “Pichi” se haya quedado fuera y se tenga que trasladar todos los días a Luarca para ubicar su puesto. “Luarca es un buen sitio, pero llevo unos días y la gente que pasa no se queda. En Salinas ya me conocen y se quedan”, confirma. Además, considera que la profesión debería regularse por una Ley de Artesanía. “No es que el sector esté en crisis, el problema es la comercialización. En Asturias no se ha desarrollado la ley de Artesanía”, asegura.

Fernández cree que los mercados deben reubicarse y hacerse de una manera diferente. “Deben ser en los centros de las ciudades y que el artesano ofrezca un producto especial que no tiene la tienda de enfrente”, opina. Pero no sucede así. “El concepto de comercio hay que cambiarlo”, reitera el joyero.

Otros artesanos que han tenido la suerte de quedarse en Salinas, coinciden con “Pichi”. Natalia Argüelles, que se dedica a la elaboración de bolsos, considera que el gremio pasa desapercibido y que “a los artesanos no se les da visibilidad. Elaboramos cosas tradicionales que no se deberían dejar escapar”, sostiene. Además, confirma que el proceso de selección de puestos es un sorteo en el que ellos no tienen preferencia. “Hubo unas 29 solicitudes para un máximo de 15 puestos. Por motivos del coronavirus y obras en el paseo, solo han permitido que nos instalemos 11 puestos”, explica. La mala suerte de “Pichi” hace que sus compañeros de gremio no se sientan identificados con las pocas ayudas que les ofrece el Ayuntamiento. Algunos creen que el mercadillo de Salinas debería diferenciarse ya que los artesanos necesitan afluencia de gente para vender sus productos.

El artesano Faustino Fernández comenzó a trabajar como profesor y montó su tienda en 2009. Elabora todo tipo de bisutería, incluso personalizada, con materiales como plata o piedras preciosas. “Yo mismo voy a buscar las piedras a Francia”, declara.

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